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La Unión Patriótica Nacional y el Somatén en La Bañeza (y II)

● Ibañeza.es ►Lunes, 1 de septiembre de 2014 a las 9:04 Comentarios desactivados


A finales de junio de 1926 y en 1929 el dictador visitó León, acompañado en la segunda ocasión por el maragato y entonces coronel Toribio Martínez Cabrera, lo que cabría interpretar como adhesión a Miguel Primo de Rivera y a su régimen, por cuanto su situación era de disponible en La Coruña. En el último año había somatenes militarmente organizados en casi todos los municipios de la provincia. En la capital se encargó de su organización el ex concejal Eulogio Crespo Gero; en Astorga el banquero Pedro Domínguez, y en La Bañeza el militar retirado, abogado, y regente de una de las administraciones de tabacos Ildefonso Abastas Prieto (alcalde de 1920 a 1923 y en 1930). Se financiaba con fondos estatales, complementados luego con donativos (el ayuntamiento bañezano lo subvenciona con 100 pesetas en octubre de 1929) y suscripciones al Boletín del Somatén, y terminó siendo un mero adorno para realce de los actos del régimen que lo había creado. Al inicio de septiembre de 1928 la Bandera del Somatén del Partido Bañezano contaba con 340 individuos, incluidos los cabos y subcabos (2) que los mandaban desde La Bañeza y los que lo hacían desde los distritos (15 de cada clase) y los pueblos (4 y 6), uno de ellos, Domingo García de Luís, en el de Nogarejas .

Arriba la noticia del pronunciamiento en un periódico de entonces; abajo, con Primo de Rivera en León en 1929. David Escudero es el primero por la derecha (delante del militar maragato Toribio Martínez Cabrera).

Muchos fueron también en nuestra tierra quienes se adhirieron al proyecto de la Unión Patriótica Nacional del dictador, entre ellos políticos que lo habían sido antes, y lo serían después, de las más variadas tendencias, algunos transitando una llamativa evolución ideológica que los llevaría años más tarde a militar, y a morir por ello en tantos casos, en el socialismo o en el republicanismo de izquierdas: En junio de 1924, “salvada España del desastre y de la ruina por la valerosa intervención del general Primo de Rivera”, se dice en el boletín de adhesión a su Comité en el distrito de La Bañeza, la preside Gonzalo Fernández de Mata (diputado provincial y su eficaz promotor en estas tierras), es vicepresidente César Moro Blanco (médico; lo había sido años antes municipal de Soto de la Vega), secretario Servando Juárez Prieto (maestro), y vicesecretario Francisco Baeza. Entre los vocales y los ya entonces adheridos aparecen industriales como Santiago Casado, Benigno Isla Carracedo, Vicente González Prieto, José y César Seoanez Romero, Salvador González, o Francisco Ruiz García; integrantes de la élite intelectual y cultural bañezana como José Fernández y Fernández Núñez y Salustiano Casado Santos; políticos locales como Juan Fernández de Mata, Ildefonso Abastas Prieto, o José de Paz Pérez; médicos como Manuel Marqués Pérez (llegará a ser después Jefe Local de Falange, más tarde Jefe Provincial, diputado provincial desde agosto de 1937 y presidente de la Diputación de octubre de 1941 al mismo mes de 1942); clérigos como José Rubio Martínez y Juan Combarros Cabero, o maestros como Enrique Fernández Cabal, Elisardo Moro García y David Escudero Martínez. Creemos que quien aparece como Herminio Fernández sea de la Poza, militar (al igual que Ildefonso Abastas, aunque éste figura ya como retirado de la milicia en mayo de 1915) que años más tarde será diputado por el Partido Republicano Radical de Lerroux en las Cortes Constituyentes republicanas de 1931 y candidato de nuevo en las elecciones de febrero de 1936, tenido por masón y represaliado por ello.

Resalta la ausencia en el listado de esta fecha de personajes bañezanos que después debieron de integrar sin duda aquel Partido “de buenos ciudadanos”, de “personas serias y respetables” que desde él ”acaso defendían sus vidas y haciendas no ha poco seriamente amenazadas” (cuando la huelga general de agosto de 1917), como los abogados José Marcos de Segovia o Gaspar Julio Pérez Alonso, ambos diputados provinciales upetistas antes del transcurso de un año, director el primero del semanario La Opinión, difusor oficioso en La Bañeza de las tesis, opiniones y logros de aquella dictadura, además de presidente de la Unión Patriótica local, y el segundo vocal en la Junta Provincial de la UPN Leonesa. También es de notar la falta entonces del industrial Ceferino Martín Martín, uno de los fundadores de aquella upetista publicación y colaborador en las dos etapas de la misma, derivado más tarde, como tantos, al Partido Radical y presidente de su Círculo en La Bañeza a la altura de agosto de 1931.

En agosto de 1924 aparece en la ciudad bajo la dirección de José Marcos de Segovia el semanario independiente La Opinión (mientras se mantuvo, hasta julio de 1928, más dependiente de la UPN de lo que se proclamaba), publicado “previa revisión por la censura militar”, y cuya redacción integraban un nutrido grupo de prohombres locales a los que cabe por ello adjudicarles alguna afección o simpatía por la formación política que la publicación representaba y promovía: Alfredo González Santos (maestro), Aureliano García Martínez (abogado), Ceferino Martín Martín, Emilio de Prada, Eugenio de Mata Alonso, José Fernández y Fernández Núñez, Luis Vigal Tinajas (era nombrado médico de Villamontán en mayo de 1916), Mariano Andrés Luna (médico; con el tiempo falangista), Toribio Santos Santos (industrial que terminará siendo socialista), Ventura García Becerril (profesor mercantil), y alguno natural de otros lugares, como Luís García Holgado (socialista con el tiempo), que lo era de La Fregeneda (Salamanca) y residía en La Bañeza en su condición de Administrador de Correos, varios de los cuales vendrán a tener un marcado y a veces trágico (cuando no enfrentado) protagonismo de una u otra manera una vez que pasados unos años se desate en julio de 1936 la vorágine de sangre.

Numerosos maestros se sumaron como aquí en todas partes con entusiasmo en un principio a las “ansias de regeneración patria” que aquel Partido Nacional decía encarnar, y en estas tierras bañezanas resultó especialmente curiosa y significativa la implicación que con el mismo tuvo David Escudero Martínez, maestro de Castrocalbón y alcalde de la villa además de cabo de su Somatén entonces, muy cercano al dictador, con el que llegó a compartir alguna jornada de pesca en el Lago de Sanabria en una de aquellas visitas que don Miguel hizo a nuestra provincia, pocos años después entusiasta republicano y socialista, fusilado por ello en León en marzo de 1937.

Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas -Valduerna, Valdería, Vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras de la provincia, de 1808 a 1936), recientemente publicado en Ediciones del Lobo Sapiens) por José Cabañas González. (Más información en www.jiminiegos36.com)

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