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La sustitución de la enseñanza religiosa

● Ibañeza.es ►Lunes, 6 de noviembre de 2017 a las 8:11 Comentarios desactivados


Al poco del triunfo electoral del Frente Popular, el 29 de febrero de 1936 el ministro de Instrucción Pública enviaba una circular a los inspectores de Enseñanza Primaria para que informen en el plazo de 8 días de los extremos relacionados con la sustitución de la enseñanza religiosa (aparcada tras la victoria de las derechas en noviembre de 1933), entre ellos “las localidades en que por falta de recursos pueda ser peligrosa de momento tal sustitución, y medios con los que se podría contar para llegar a ella rápidamente”. Al principio de abril trabaja el ministerio sobre la construcción de nuevas escuelas a la vez que para sustituir aquella enseñanza, y comenzado mayo establece la Gaceta que los inspectores de las zonas donde haya de realizarse la sustitución hagan una visita extraordinaria, estudiando con los ayuntamientos sus posibilidades, gestionando que estos realicen aportaciones económicas para ella, y de los propietarios de los edificios que la imparten que los cedan especificando las condiciones de la cesión, “una disposición que en nada va a beneficiar a la enseñanza privada, que será costosa para el Estado y los ayuntamientos, y que privará a los niños de la enseñanza que ahora disfrutan”, dice en El Diario de León el redactor de la noticia.

El Ayuntamiento de León es a la mitad de aquel mes propicio a la sustitución de la enseñanza religiosa en la capital, aunque dada su situación económica no puede contribuir hoy a ella si precisa realizar gastos, por tener agotadas para este año todas las posibilidades económicas, y así se lo indica el alcalde al Inspector jefe de Primera Enseñanza cuando este lo visita, unos días antes de que el ministro de Instrucción Pública declare que aquella ha comenzado a ponerse en práctica, y de que la Asociación Católica de Padres de Familia de Orense recoja allí firmas contra el cierre de los colegios católicos, o un concejal socialista se oponga en Pontevedra a la clausura del colegio de monjas del Sagrado Corazón, pues no sólo enseñan (dice), sino que visten y dan de comer a muchos niños, y si se cierra habrá que crear cantinas escolares, lo que supondría un gasto para el Consistorio.

Listado de alumnos de uno de los colegios religiosos bañezanos para la Junta Local de Sustitución de la Ense-ñanza Religiosa en 1933. / Archivo de José Cabañas

El Consistorio bañezano solicita el 25 de mayo a los maestros encargados (Iraides Alonso Álvarez, Francisca Pascua Riesco, Marcelo Toral Castro, y Cecilio Sixto Toral Manjón) el número de niños que asisten a las escuelas nacionales, y a la Corporación insta al día siguiente la Inspección provincial de Primera Enseñanza le remita a la mayor brevedad los acuerdos tomados sobre enseñanza religiosa, visitando al otro al alcalde y en relación con tal asunto la Inspectora de la zona, interesándose en que conteste el regidor si en todo o en parte se podrían facilitar cuatro locales para las cuatro escuelas más que se considera necesario crear, y el material para las mismas, y proporcionar casa para sus maestros o la indemnización procedente, acordando después consultar con los de la localidad y con el Consejo local de Primera Enseñanza y tomar un plazo de 8 días para resolver, según propone en el correspondiente pleno municipal el gestor socialista Joaquín González Duviz, ante la imposibilidad, a su juicio, de contar con las casas y los locales referidos, lo que se comunica a la Inspectora.

En Astorga la Asociación de Padres de Familia está a la mitad de mayo consternada con el cierre del Colegio La Salle, cuya incautación, y la de la escuela de monjas de San Andrés, se propone en el pleno municipal del día 25 (dice El Combate), y su alcaldía comunica el 2 de junio que no podrá pagar la casa-habitación a los maestros que sustituyan a las religiosas en las escuelas del Hospicio de la ciudad recién nacionalizadas. En la siguiente fecha se clausuran ya cuatro colegios de religiosos en Orense, y en La Bañeza se acuerda contestar a la Inspectora de Primera Enseñanza de la zona, en relación con la sustitución de la enseñanza religiosa, que “en las actuales escuelas nacionales existe cabida para 70 alumnos más, y estando en vías de construir nuevos Grupos Escolares, por ahora para el resto de la matrícula este Ayuntamiento no puede hacer nada, debiendo tenerse en cuenta que en el censo del actual colegio de religiosas existe mucho párvulo y muchos alumnos ya fuera de la edad escolar”. Solo se precisa en las actuales escuelas el material necesario para los 70 nuevos alumnos, que serán de distintos grados, y ha de saberse a cuál de ellos pertenecen, había expuesto González Duviz, y proponía como nuevo local escolar el destinado a la Academia de Música.

Hasta el nuevo presupuesto se entendía que este problema (la sustitución de la enseñanza religiosa) habrá de tener difícil solución. Se propone por Joaquín Perandones Franco –gestor municipal por el partido Unión Republicana- reclamar a las monjas relación de los niños y sus edades y grados, y por el también concejal Eugenio Sierra Fernández –socialista- que vea González Duviz si pudieran incautarse los locales de que disponen las religiosas, respondiendo el alcalde que la Inspectora ya las invitó a que los cedieran en propiedad o arriendo y aquellas no accedieron. La mayoría de los 170 alumnos que cursan con las monjas son párvulos, señala Isaac Nistal Blanco –otro de los concejales socialistas, él durante todo el periodo republicano-, lo que también indica Perandones, que añade que pudieran haber dado las monjas mayor número de alumnos de los que en realidad tienen, “porque hay quien se opone a que la República realice su obra”, y plantea que se reclame del colegio la relación de escolares con detalle de sus padres, terciando González Duviz, que dice que si se obligara a todos los alumnos a que dejen el colegio de las monjas el Ayuntamiento carecería de locales y maestros.

A la postre, por estos motivos, y porque se produjo la sublevación militar del 18 de julio mientras en medio de tales disquisiciones se trataba de hallar alternativas que solucionaran la situación escolar en la ciudad, no se llegaría a sustituir en La Bañeza la enseñanza religiosa.

Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas -Valduerna, Valdería, Vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras localidades provinciales -León y Astorga-, de 1808 a 1936), publicado en 2013 en Ediciones del Lobo Sapiens) por José Cabañas González. (Más información en www.jiminiegos36.com)

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