Estado en el que quedó el año pasado uno de los cepillos tras el asalto denunciado por parte de la parroquia.
Policía Local de La Bañeza y Guardia Civil investigan el robo perpetrado durante la madrugada de este miércoles por parte de dos hombres encapuchados en la iglesia parroquial de Santa María. Un asalto que quedó grabado tanto por las cámaras de videovigilancia del templo como por las colocadas en la Plaza Mayor y cuyo botín fue el dinero de los cepillos y lampadarios, además de un equipo informático entre otros pequeños enseres.
Según ha podido saber este periódico de fuentes de la investigación, el asalto se produjo en torno a las 02:40 horas, cuando ya nadie se encontraba en el templo y se baraja la hipótesis de que los asaltantes esperaron a que se apagaran las luces en el interior una vez finalizaron los trabajos de colocación del Belén parroquial que durante estos días está llevando a cabo un grupo de feligreses.
Tras visionar el contenido recogido por las cámaras de videovigilancia del templo, se pudo comprobar que los ladrones se colaron en la iglesia por la puerta principal forzando la cerradura y tras saltar las verjas que dan a la Plaza Mayor. Una vez dentro rompieron las cerraduras y candados de los cepillos para las limosnas de los fieles y de los lampadarios electrónicos, llevándose el dinero en efectivo recogido en su interior.
Además, tal y como ha podido saber este periódico, los dos asaltantes –ambos encapuchados para evitar ser reconocidos por los sistemas de seguridad– accedieron a la sacristía en busca de un botín mayor que el de los cepillos y fue allí donde ocasionaron algunos destrozos en busca de dinero en metálico. De allí apenas se llevaron un ordenador, tal y como consta en la denuncia presentada ante las fuerzas del orden.
Hace un año
Como se recordará, éste no es el primer robo reciente denunciado por parte de la parroquia de Santa María de La Bañeza. Justo ahora hace un año, el 9 de noviembre de 2016, fueron asaltados los cepillos de las limosnas para llevarse el dinero que recogían los cofres por un modus operandi similar al de esta vez. Y un mes después, los amigos de lo ajeno se trasladaban a la vecina capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno para hacerse con los donativos de los fieles forzando las cerraduras de los lampadarios. En esa ocasión fue en horas de culto.
