P.J. Abajo
Cada domingo, un importante número de fieles que residen en el barrio del Polvorín, principalmente, aunque también participa gente de otras zonas de La Bañeza, acuden a Santa Marina para participar en la celebración de la Eucaristía. Una llamada a la fe que siempre solía ir acompañada por el sonido de una campana, pero que hace unos meses fue silenciada por la rotura de una campana con casi tres décadas de vida volteando en el campanario de este Centro Social.
Hace casi un año, cuando la campana debía empezar a tañer para llamar a los vecinos a la celebración religiosa, al notar el silencio del bronce los responsables del centro comprobaron que en el campanario faltaba una pieza que fue colocada en el año 1989 como parte de la recuperación de las instalaciones para centro de vida social y comunitaria.
Aunque en un primer momento se pensó en la posibilidad de un robo, al acceder con una grúa a la parte superior de la cubierta se vio que la campana se había fragmentado por la parte donde se unen el asa y el hombro, seguramente por el escaso grosor del material utilizado en su fundición. Entonces comenzaron las gestiones para reponer la pieza, que ha sido elaborada en un taller de Valladolid en un proceso largo y minucioso seguido de cerca por los responsables del centro Santa Marina.
Hace unos días, la empresa encargada de su fundición colocó de nuevo una campana en lo más alto del centro para llamar a los fieles del barrio todos los domingos y fiestas de guardar a la celebración de la Santa Misa, una celebración que está programada para la una de la tarde y de cuya atención pastoral se ocupa la parroquia de El Salvador, a la que pertenece.
Momento de la colocación de la nueva campana y estado en que quedó la anterior.
