Benito Crespo, director de Cáritas Interparroquial, explica al prelado todos los detalles sobre el reparto de alimentos.
Coincidiendo con la celebración de la primera edición de la Jornada Mundial de los Pobres, una invitación que el Santo Padre dirige a toda la Iglesia con el lema «No amemos de palabra sino con obras», Cáritas Interparroquial de La Bañeza presentó este domingo las actuaciones realizadas en la sede de la calle María de Zapata financiadas por la Fundación Conrado Blanco.
El obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, realizó su primera visita pastoral a las instalaciones de la organización católica en el arciprestazgo bañezano y aprovechó su estancia para bendecir las mejoras realizadas en las dependencias destinadas al ropero y en las oficinas de atención al necesitado que acude en busca de ayuda «material, pero también atención espiritual».
La importancia de «procurar atención más allá de lo puramente material» es para el prelado «lo que distingue a Cáritas de una organización civil o la oficina de una institución pública». Así, con los objetivos de la Jornada Mundial de los Pobres como referencia, monseñor Menéndez animó a los voluntarios bañezanos a recordar las palabras del del apóstol San Juan: «Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras».
Y en ese contexto, Cáritas Interparroquial de La Bañeza ha continuado con su plan de mejora de las instalaciones, renovando el mobiliario del espacio destinado a ropero infantil, así como los muebles de la oficina de gestión y atención al necesitado, dotándola de nuevos equipos informáticos, tal y como explicó el director de la organización, Benito Crespo, quien guió al obispo asturicense por la casa donde pasan al año más de doscientos usuarios y entre veinticinco y treinta voluntarios prestan ayuda en los distintos programas.
Las actuaciones realizadas en el ropero han sido financiadas por la Fundación Conrado Blanco.
