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La Casa del Pueblo de La Bañeza (y II)

● Ibañeza.es ►Lunes, 1 de junio de 2015 a las 9:07 Comentarios desactivados


Poco después de aquella denegación municipal (seguramente ya en la primavera de 1933), con la aportación en hacendera del trabajo de sus asociados y la colaboración de quien era Registrador de la Propiedad en La Bañeza, Juan María Begué Arjona, que se constituyó en avalista para la compra de la ampliación del solar  (“de una parte de la Casa del Pueblo”, dirá en su declaración del 3 de septiembre de 1936, cuando sea procesado, añadiendo que “al ser destinado a partir de 1934 a Pola de Laviana -lo fue al inicio de enero de 1935- abonó su parte en el Monte de Piedad”) se levantará la ya autónoma Casa del Pueblo en el mismo terreno que antes ocupara el local conocido como la Casa Obrera y situado por debajo de la Iglesia del Salvador, al lado del reguero que llegaba bordeando la plazoleta para seguir discurriendo por sucesivas calles bañezanas hasta desembocar en la del Arrote después de transcurrir (y anegar) por las del Marqués de Cubas, Obispo Alcolea y del Carmen. El soleado día de su inauguración posaban para la posteridad un nutrido grupo de socialistas bañezanos endomingados con sus mejores galas y puño en alto, camisa y corbata roja algunos, y todos henchidos del entusiasmo y del ardor que tal vez les contagiara la que parece antorcha que flamea en la roja pancarta o estandarte bajo el que ufanos y gozosos se sitúan, desconociendo las dolorosas consecuencias que para muchos de ellos tendría en unos años la fe que a aquella bandera profesaran.

Contra lo que le achacarán los represores cuando instruyan el Sumario 151/36 “por los hechos de julio en La Bañeza”, dirá el Registrador no haber dado su garantía para la adquisición del cinematógrafo con el que pronto se dotó la Casa del Pueblo bañezana, el mismo que alumbraba las sesiones de cine que allí se realizaban (al menos desde febrero de 1934, cuando se suspenden para los menores de diez años por la epidemia de sarampión que se desata), dos por semana, los sábados y domingos, a las que a veces también acudían socialistas de los pueblos cercanos, como Castrocalbón o Jiménez de Jamuz, de las Juventudes y las Agrupaciones, “de mayores” y también de las infantiles (los llamados pioneros socialistas), donde las había, como sucedía en el segundo, del que asistían chiquillos y chiquillas a deleitarse con las asombrosas y arriesgadas aventuras de “Pamplinas” (Buster Keaton) y otros héroes del celuloide, acompañados y al cuidado de los muchachos de las Juventudes Socialistas del lugar, aunque se pasaban películas de todo tipo, como las de Angelillo, famoso flamenco que triunfaba aquellos años, en veladas que en verano eran a veces al aire libre en la Plaza de Romero Robledo, en una pantalla extendida que añadía la magia y el asombro de permitir ver por los dos lados las imágenes.

Conjeturamos que la venta de la mitad del solar hecha por la recién creada Sociedad Obrera a la Sociedad La Caridad en 1916 fuera tal vez el modo en que aquella financió su parte en la construcción del edificio compartido con la veterana entidad, con mejores disponibilidades económicas (en realidad titular desde años antes de un extenso capital). La necesidad de los ajustes financieros que en 1932 urgía la segunda sociedad obedecía sin duda a su voluntad de disponer también de un local independiente y propio, cuya construcción ya había comenzado en 1931 y que se inaugurará, en la avenida de Pablo Iglesias, en agosto de 1934. La Casa del Pueblo de La Bañeza, que ocupa dos números de la antigua plazoleta Primero de Mayo (luego de Calvo Sotelo, y hoy de las Tierras Bañezanas) en la que se sitúa, aparece en cualquier caso en la Historia del socialismo español como propiedad de las organizaciones obreras socialistas (PSOE y UGT), incautada y adjudicada a la franquista Delegación Nacional de Sindicatos en abril de 1941.

Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas -Valduerna, Valdería, Vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras de la provincia, de 1808 a 1936), recientemente publicado en Ediciones del Lobo Sapiens) por José Cabañas González. (Más información en www.jiminiegos36.com)

Inauguración de la Casa del Pueblo de La Bañeza. Primavera de 1933. / Archivo de José Cabañas González

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