En la sede de la cooperativa se colocó una placa conmemorativa.
Hace 75 años, Recaredo López, un vecino de la localidad que había salido a estudiar fuera, regresó a un Santibáñez de la Isla con 500 habitantes y donde sintió la necesidad de educar a sus vecinos en materias básicas como matemáticas o caligrafía. Además, comprobó que los vecinos, en su mayoría labradores, necesitaban unirse y trabajar juntos para levantar una España que prácticamente terminaba de salir de la Guerra Civil.
Corría el año 1944 y aquella sociedad de agricultores que siguiendo los consejos de este convecino «muy pequeño en estatura pero muy grande de corazón» se constituyó como cooperativa hoy celebra su 75 aniversario con el orgullo de ser la más antigua de León y de las más veteranas de España. La Cooperativa del Campo San Blas llega a su anversario de brillantes siendo un ejemplo de modernidad pero sobre todo de unión de la gente del campo.
Esta cooperativa, que este sábado quiso homenajear a sus fundadores, socios y antiguos cooperativistas «que la han mantenido viva tantos años», fue en un principio una especie de empresa de servicios para el agricultor ya que con ella llegaron a Santibáñez los primeros abonos minerales, pesticidas, semillas certificadas… hasta que surgió la necesidad de poder vender esos productos. Fue entonces cuando los más de setenta cooperativistas –la entidad llegó a superar el centenar, de los cuales actualmente son unos treinta– decideron comenzar con la venta de los productos cosechados en el campo, la fértil y agrícola vega del Tuerto.
Cuando la venta directa fue mermando y se quedó como una cooperativa de servicios desde finales de la década de los 70 y principios de los 80, San Blas se convirtió en una empresa para ofrecer al agricultor abonos químicos, semillas certificadas, productos fitosanitarios, proporcionar asesoramiento e información, recogida de envases y aceites usados y la distribución de combustibles con una gasolinera que presta servicio a clientes de toda la comarca.
Jornada de convivencia
Para celebrar que la Cooperativa del Campo San Blas es la más antigua, en activo, de la provincia de León, Santibáñez de la Isla se vistió de gala para acoger una multitudinaria jornada de convivencia donde se descubrió una placa en la fachada de la sede social en la que se perpetúa la «memoria y gratitud eterna» hacia los agricultores que han formado parte de su historia.
Una historia de 75 años que es «el ejemplo de lo que hay que hacer en Castilla y León para luchar contra la despoblación», tal y como señaló el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, en una intervención donde remarcó que «el cooperativismo es esencial para el futuro del campo» al tiempo que defendió los planes de la Junta de Castilla y León para fomentar el cooperativismo agrario durante los próximos años.
Eficiencia y futuro
El consejero subrayó el «compromiso especial» de la administración autonómica para ayudar a la «eficiencia, competitividad y productividad» de este tipo de empresas y animó a los agricultores de la zona a «unir sus fuerzas para tener mejores servicios y mejores precios» remarcando que la Cooperativa del Campo San Blas «supo ver el mejor camino para futuro del campo ya en 1944».
Parte de esos planes de futuro pasan por sacar adelante el proyecto de modernización de los regadíos que con una inversión de 1,3 millones de euros se llevará a cabo próximamente en esta comarca y que afectará a 130 hectáreas de superficie. En este sentido, y antes de inaugurar una exposición de maquinaria agrícola antigua y actual además de presentar el libro conmemorativo, el consejero aseguró que la cooperativa de Santibáñez es «la punta de lanza de un nuevo sistema que primará la incorporación de jóvenes y mujeres al sector agrario, así como la eficiencia medioambiental y el ahorro de agua». Un paso adelante «a la respuesta que pide Europa» para el campo como lo fue hace 75 años la puesta en marcha de la Cooperativa del Campo San Blas.
Una exposición recuerda el antes y el hoy de la agricultura en la comarca.
