José Cruz Cabo
Yo conocí a Matilde Rodríguez Rodríguez en el año 1946, cuando ingresé en Gráficas Rafael, ya que su marido, Luis Cadenas Nieto, fue mi maestro en la tipografía y desde ese momento surgió una gran amistad y cariño, no sólo con su esposo, sino con ella y con su hija Isabel.
Como era una familia muy unida, también me relacioné con sus hermanos Eugenio, Mundo, Agustín y Rosina, ya que muchas vecesa tuvimos que ir a celebrar fiestas al Polvorín donde vivieron unos años y después nos encontrábamos en fiestas cumpleaños, bodas y comuniones, por ello la relación fue muy intensa, hasta hace unos meses que la vi por última vez en la Regla, con su hija Isabel, que fueron a visitar a mi esposa Nieves que estaba internada allí. Además coincidía que las dos habían nacido el mismo año y el mismo mes, por lo que la amistad era fuerte, cariñosa e irrompible-
Durante años, después de morir mi maestro Luis, mi esposa Nieves y Matilde pertenecieron a la misma pandilla, que se reunían por las tardes primero en el Bohemia y luego en Las Torres, una pandilla que desapareció al no poder salir Nieves cuando quería y Matilde estar muchas temporadas en León, atendida por su hija Isabel y sus nietos.
Matilde era una persona amable, sencilla, afectuosa y que al quedarse viuda recordaba mucho a su Luis, pero la conversación con ella siguió siendo agradable y aunque cada año las molestias eran más fuetrtes y la salud se iba resintiendo, ella seguia animosa, hasta que ya su hija se la llevó con ella para León y mientras pudo, también allí salia a pasear por León y en la Plaza de San Marcelo siempre encontraba a uno o una persona mayor y entablaba conversación con ellos, ya que era muy abierta y le gustaba la charla con los demás, porque como ella decía, primero hablas para conocer, después con el tiempo ya tienes un amigo o amiga y si no es lo que tu piensas, pues no lo vuelves a hablar. Ella en la calle nunca estaba sola porque enseguida cogia conversación con alguien aunque no lo conociera.
Gracias Matilde por toda la amistad que nos diste durante tantos años, y ahora Nieves y yo esperamos que ya estés junto a Luis en el más allá y sigáis siendo el matrimonio tan unido como lo fuisteis en la tierra. Hasta más pronto que tarde.