Tirso Matías Claro
Aforo completo y largos aplausos para ‘La Malquerida’, de Jacinto Benavente; ‘Volver a verte’, de M. Tremblay, emocionó con su sencillez y sensibilidad en el Teatro Municipal de Jiménez de Jamuz en la segunda jornada del XVI Certamen Nacional de Teatro Tierra de Comediantes.
“El Autor de La Malquerida”. Así se denominó durante algún tiempo a Jacinto Benavente cuando no tenía los favores del régimen, a consecuencia de su homosexualidad y por haber fundado la Asociación de amigos de la Unión Soviética. Posteriormente, él mismo, se dejo querer por el frente popular, aunque, en esencia estos coqueteos y riñas con unos y otros, no deberían velar la importancia de su obra. Nacido en Madrid (1866) y fallecido en Galapagar (1954), el premio Nobel de literatura (1922), cultivó como dramaturgo la tragedia, la comedia y el drama. Su obra parte de tratar con naturalidad los acontecimientos de la vida real, pero no por ser costumbrista sus tramas dejan de ser modernas y en ocasiones incisivas.
En Jiménez y en la comarca de La Bañeza, La Malquerida, drama trágico en tres actos, es realmente un clásico, una obra de culto sobre el mundo rural. Por supuesto se colgó el cartel de aforo completo, para volver a sentir el drama clásico de siempre, envuelto en intrigas, desgracias y pasiones que terminan en muerte. Airen Teatro de Tomelloso, no se andan con artificios, su visión de la malquerida es la del autor, es lo que íbamos a ver y no nos defraudaron. Escenografía al modo popular que nos trasporta a la Hacienda del Soto. Las interpretaciones gustaron, especialmente Pilar López en el papel de Doña Raimunda. Teatro de siempre que hizo las delicias del público.
El canadiense francófono Michael Tremblay (1942) nació y vive en Montreal. Considerado uno de los mejores dramaturgos de la mujer, centra su mirada en la clase trabajadora del Quebec, dominada y oprimida por la élite de habla inglesa y la Iglesia católica. Abierta y públicamente gay, podríamos encuadrarle en el pensamiento vanguardista liberal que persigue la modernización del pensamiento del hombre para el progreso.
Volver a verte, que vimos el domingo, es una alegoría a la figura materna. El tratamiento del tema no es filosófico o mítico, más bien se trata de una visión realista de la madre, con sus virtudes, muchas, y defectos, pocos, que se tornarán también virtudes a los ojos de su hijo cuando esta ya no esté. El canal es el escenario, teatro dentro del teatro, incluso el texto profundiza en aspectos técnicos sobre la interpretación y la dirección artística.
La propuesta de Paraskenia (Talavera de la Reina, Toledo), saca el máximo partido a unos textos en principio bastante complicados de formatear para reflejar la cotidianeidad pretendida. Un hijo, dramaturgo, y una madre, Madre, como la mía, como la de todos, en momentos cruciales y cotidianos, solo eso y todo eso. Prado Amor, la madre, mejor actriz principal en 2014 por su papel de tortuga en la Tortuga de Darwin, y Roberto Jifer, el hijo, se dan la réplica en un trabajo de auto dirección de actores muy bien ejecutado.
