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Anécdotas de mi paso por la Banda de Música

● José Cruz Cabo ►Domingo, 8 de febrero de 2015 a las 9:17 Comentarios desactivados


José Cruz Cabo

Yo ingresé en la Academia de Música, que estaba en el primer piso de las Escuelas Villa, hoy Hogar del Jubilado, y el director de la banda era don Enrique del Castillo y Jiménez, que firmaba “El Excautivo”, según mi amigo Benigno González, entonces ya saxofón de la banda. Don Enrique me cogió cariño y me enviaba a hacerle recados, vívia en la hoy Calle Conrado Blanco. A los pocos meses se marchó de la ciudad para hacerse cargo de otra banda, y el ayuntamiento se apalabró con Claudio Toral para que la dirigiera y con Porfirio Mayo para que nos diera las clases de solfeo. Al principio del año 1946 ya me dieron el instrumento, el trombón, y el método para aprender a manejarlo, a mediados del año 46, vino Don Eloy como director y en el verano de ese año me hizo ingresar como músico educando en la banda. También un poco antes había ingresado mi primo José Álvarez Cabo con el requinto.

Un día dirigiendo Claudio los ensayos de la zarzuela la Boda de Luis Alonso, había un solo de requinto, que al Señor Rios, requinto solista, no le salía, y después de un rato volviendo atras hasta llegar a ese pasaje y no salirle, le dice el Sr. Ríos a Claudio, “mire que lo haga el rapaz”, por Pepe Alvarez y el Sr. Claudio le dijo, mire eso es usted el que tiene que decidir yo no puedo. El Sr. Ríos aceptó y Pepe Álvarez hizo el solo perfectamente con catorce años recibiendo los aplausos de los compañeros, y a partir de aquí quedó como solista y al poco tiempo el Sr. Rios tuvo que dejar la banda por enfermendad, pasaba de los ochenta años.

En aquella época desde el domingo de Resurrección, hasta pasadas las fiestas patronales, la banda tenía que subir al templete, los jueves y domingos para tocar bailables en la Plaza Mayor donde estaba el templete. En la tarde del Corpus, se tocaba en la Plaza de las siete viudas, donde está la estatua de Odón y el 18 de julio lo tenía que hacer a la puerta del cuartel de la guardia civil,

En el año cuarenta y seis llegó D. Eloy y después de un tiempo tocando bailbles, nos dijo en la academia, “Es necesario que la gente oiga obras que no sean bailables pero alegres y creo que debiamos tocar todos los días una zarzuela y los bailables. Comenzaron los primeros compases de “La Boda de Luis Alonso” y los que llenaban la Plaza Mayor se pusieron a silbar y Mayo, Perilla, Eugenio y alguno más, dijeron yo no toco, y nos bajamos del templete en medio de los silbidos de los jóvenes bañezanos.

También recuerdo que el alcalde, Inocencio Santos, decidió que tuvieramos uniforme los músicos y se hicieron unos trajes grises, que se parecían al color de los que usaban los barrenderos, y el primer día que salimos, la gente nos silbaba porque pareciamos barrenderos. Al finalizar el pasacalles por la zona céntrica y al llegar a la academia, los mayores se quitaron el traje y se negaron a ponerselo más, hasta que no fuese azul marino.

El año 1960 falleció Don Eloy y se volvió a hacer cargo de la banda el señor Claudio y el señor Mayo y recuerdo que el señor Claudio me dijo uno de los días, “Pepe debías venir a la academia y volver a dar el método, pero cantando las lecciones, porque así mejoras el oido” y con ello la embocadura del trombón, y volví hasta el último día de marzo de 1952, ya que a primeros de abril tuve que marchar a la mili.

Todos los años tenían los mayores, discusión con la Cofradía de Jesús, porque la procesión de pasión no era oficial para el ayuntamiento y por lo tanto no tenía que ir la banda, los mayores querían que la cofradía pagara una cantidad, y la cofradía no quería y recuerdo un año que se salió por unas botellas de limonada y las almendras de las dos clases. Las unicas procesiones oficiales, eran el jueves santo, el encuentro de la Vera Cruz en la Plaza Mayor, el encuentro entre Jesús y las Angustias y el Santo Entierro, además del Domingo de Resurrección. Entonces no había bandas, solo las saetas de Manolillo.

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