Antonio Colinas en una imagen de archivo.
El bañezano Antonio Colinas ha ganado el XXV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, que conceden Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca en reconocimiento al conjunto de la obra de un autor vivo que haya acrecentado el patrimonio cultural común de España y Latinoamérica. Considerado el Cervantes de la poesía y dotado con 42.100 euros, el premio ha sido concedido por un prestigioso jurado, reunido en el Palacio Real, donde se ha anunciado su veredicto.
Luis Alberto de Cuenca, portavoz del jurado, señaló que Antonio Colinas (La Bañeza, León, 1946), que acaba de publicar «Memorias de un estanque», en el que recopila los momentos esenciales de su vida, «es un poeta fantástico y un hombre bueno, un digno heredero de los poetas de los 50 y un ejemplo de la escritura en prosa». Asimismo reseñó que el inicio de la poesía de Colinas «estuvo muy marcado por el culturalismo de la época para posteriormente cantar como nadie el paisaje y llegar a una poesía muy intimista, con clara influencia de poetas castellanos como San Juan de la Cruz».
El rector de la Usal, Hernández Ruipérez, mostró su «satisfacción» porque el galardón cumpla 25 años de trayectoria. «Se ha convertido en el certamen de referencia de la lengua española y portuguesa y el premio de poesía más importante de Iberoamérica», declaró Hernández Ruipérez.
La obra de Antonio Colinas ha sido merecedora del Premio Nacional de la Crítica (1975), el Premio Nacional de Literatura (1982), el Premio de las Letras de Castilla y León (1999) y el Premio Nacional de Traducción, concedido en 2005 por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, entre otros galardones.
FELICIDADES, una vez más, por esta importante concesión a tu excelente y arduo trabajo. Tengo confianza que llegaran más distinciones NACIONALES E INTERNACIONALES. Que lo disfrutes y lo compartas con todos los que te quieren y aman el mundo de las Letras. Gracias.
Enhorabuena Antonio. La poesía es la sazón de la vida y tú representas a un gran hortelano del lenguaje que cultiva la esencia de nuestros sentimientos. ¿Qué sería de nosotros si nos privasen de los poetas, de sus versos, de su sensibilidad para hacer florecer nuestros sentidos?