Estado en el que quedó uno de los cepillos tras el asalto.
Ni los lugares sagrados respetan ya los ladrones. La iglesia parroquial de Santa María de La Bañeza ha sido el último lugar escogido por los delincuentes para asaltar y llevarse el dinero recogido en los dos cepillos colocados en la parte posterior del templo, cajas metálicas dotadas con unas medidas de seguridad considerables y con unas ranuras preparadas para que los fieles depositen sus monedas según el destino que quieran dar al donativo.
Según fuentes consultadas por este periódico, no se sabe a qué hora pudieron producirse los hechos, pero la Policía Local y la Guardia Civil centran sus primeras investigaciones en repasar los vídeos de las cámaras de seguridad instaladas en la Plaza Mayor con el fin de identificar al presunto ladrón o ladrones que se colaron en la iglesia para destruir las barras que protegen los cepillos y llevarse el dinero.
Las alarmas saltaron en torno a las 9 de la mañana de este lunes, coincidiendo con la celebración diaria de la Santa Misa. Fue entonces cuando se comprobó que ambos cepillos se encontraban abiertos tras haber roto las barras y las argollas de sujeción que trataban de impedir, precisamente, que fueran asaltados los cofres donde los feligreses depositan sus ofrendas para la propia parroquia, a San Antonio, las misiones, pobres, ánimas.. y así varios destinos.
Como se recordará, a primeros de julio la cofradía de Jesús Nazareno interpuso una denuncia en el puesto de la Guardia Civil tras detectar el robo del dinero que se encontraba recogido en los lampadarios de la capilla, cuando un ladrón se coló por la mañana en las dependencias y permaneció en el interior hasta las 12 de la noche, cuando al salir con el botín dejó abierta una puerta que motivó la voz de alarma.
Todos sabemos de que pata cojea la mesa…solo falta que el carpintero quiera echar mano al asunto; mientras tanto, a la hora de comer la calzamos con un cartoncito.