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Augusto Valderas Blanco, “un alcalde de la cáscara amarga”

● Ibañeza.es ►Lunes, 9 de junio de 2014 a las 9:49 Comentarios desactivados


El Sorbete, semanario cómico-bufo-charlotesco y de temporada, salió en La Bañeza los domingos, desde el 3 de julio al 30 de octubre de 1921 (“hasta que las viñas estén en sazón”, había prometido mantenerse), y desde el 14 de mayo al 4 de junio de 1922 (al menos) en su segunda época. Fue su lema “chirigoteo y guerra al spleen”, y desde su primer número, o “servicio” (que costaba 15 céntimos) añadía en su cabecera “no necesitamos censuradores”.

Se hace el semanario eco el 7 de agosto de 1921 de la iniciativa de que cada provincia regale de inmediato un aeroplano con su nombre y cargado de regalos para sus soldados como estímulo patriótico y auxilio del Ejército de África, y encabeza con cinco pesetas la suscripción que abre en La Bañeza para la adquisición de la aeronave “León” que visitará en su día a nuestros paisanos que luchan allende el Estrecho. Si la colecta no se generalizara en la provincia, añade, lo recaudado se enviará a Melilla para repartir entre los soldados bañezanos, lo que debió de suceder, pues ya en el número siguiente se presenta como “abierta por El Sorbete en obsequio de los soldados bañezanos que se encuentran en África”. De su éxito dice que no se cerrara el 2 de septiembre como en principio se había decidido, y que a la fecha del 23 de octubre se habían recaudado 1.973,65 pesetas con las aportaciones de numerosos vecinos de la ciudad.

Y es que el ejemplar del 31 de julio había expandido aquí los ecos del desastre militar de Annual de nueve días antes, y exigido “un plan serenamente meditado para África, que decida entre el absoluto abandono del Protectorado o la guerra sin cuartel, a sangre y fuego y de exterminio, en unas hostilidades diarias que ya duran doce años, sacrificando miles de hijos necesarios para la agricultura, el taller y la fábrica”, y a las que acababan de ser enviados varios oficiales y soldados amigos y paisanos de sus redactores, embarcados para Melilla con las tropas del Regimiento de Infantería Burgos que guarnece León y que permanecería destacado en Ceuta y Melilla hasta 1927 (como ya lo había sido en 1909 en los mismos territorios; por sus servicios telegráficos en la campaña de Melilla en aquel año se asigna gratificación de 99,21 pesetas en octubre de 1918 al bañezano Miguel Martínez Blanco).

De África se siguió tratando con frecuencia en las publicaciones que siguieron: en la del día 21 de agosto se informa de la reunión habida en la Casa Consistorial para nombrar, según dispuso el gobernador de la provincia, una Junta encargada de arbitrar socorros para los heridos y enfermos de la campaña de Marruecos, la que formaron, entre otros, el cura párroco (don Lucas Castrillo Martínez, que lo era desde 1917), el diputado provincial (Julio Fernández y Fernández Núñez, abogado), y los presidentes de la Cruz Roja y de las Sociedades locales: Sociedad Obrera, de San José, Sociedad de Labradores, y Asociación de Caridad, que decidieron ofrecer para ellos un número de camas del Hospital de la Vera Cruz y de Don Juan de Mansilla, y crear además para sus atenciones otra Junta de señoras, como también ordenaba la autoridad provincial.

Transporte de soldados heridos en el desastre de Annual. 1921. / Foto: Archivo de José Cabañas

Se cuenta en la siguiente el rechazo de la Junta directiva del Casino La Unión de la propuesta de su presidente de celebrar allí una velada teatral a beneficio de los soldados desplazados a la lucha, y de hecho por la del 4 de septiembre sabemos que en tal fecha se celebra una patriótica manifestación por las calles bañezanas acompañada por la Banda de Música y postulando para ayudarles y aliviar sus amarguras, y que Gabriel González, propietario del salón de baile El Recreo, ha ofrecido su local para organizar un baile con igual fin. Se incluye en los ejemplares de estas fechas una nueva sección, que se titula “Carta de Melilla”, en la que en lenguaje leonés y campesino traslada a su novia Raimunda sus impresiones africanas el soldado Benito Calandro que la firma, y un inflamado poema del militar y vate bañezano Nicolás Benavides Moro, declamado en la despedida para Marruecos del 14º Regimiento Ligero de Artillería de guarnición en Valladolid, de cuya Brigada es Jefe, al que enaltece y anima a “doblegar y castigar sin piedad a aquella raza atrasada que el progreso mancilla”…

Cambia La Bañeza de alcalde entre la fecha del último número de la primera época (30 de octubre de 1921) y el primero de la segunda (14 de mayo de 1922), y lo es ahora y desde hace mes y medio Augusto Valderas Blanco, licenciado en Filosofía y Letras, miembro del Benemérito Cuerpo de Correos, comerciante, agricultor, avicultor, viticultor, exlerrousista y exabonado a la Electrica, se dice de él en la nueva sección “El Retablo” de El Sorbete, y se le señala como “liberalísimo engendro de la mayoría liberal”, e incluso se le califica “de la cascara amarga” y de “prosélito y propagandista de la República, capaz de separar la Iglesia del ayuntamiento; más republicano que Pi y Margall y rigiendo un municipio monárquico”. De él esperan mucho, “más que de los alcaldes que van a misa de doce; incluso la traída de las aguas y el Teatro que sigue pidiendo a gritos todo el pueblo”, mientras, dice el colaborador Ventura García Becerril (profesor de Derecho Mercantil en la bañezana Academia Politécnica), aumentan los acaparadores, logreros y monopolizadores que hacen subir las subsistencias y multiplican incluso para los espíritus sensibles y elevados las dificultades diarias para llenar el prosaico puchero. Para evitar aquellas subidas que tantas crisis de consumos provocaban, en los años siguientes se remitían quincenalmente al menos desde los ayuntamientos cabeza de partido las variaciones de precios de los productos de primera necesidad a la Junta de Abastos provincial.

Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas -Valduerna, Valdería, Vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras de la provincia, de 1808 a 1936), recientemente publicado en Ediciones del Lobo Sapiens) por José Cabañas González. (Más información en www.jiminiegos36.com)

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