El último informe del Plan de Sequía de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), publicado en el mes de enero, identifica la situación actual en el sistema Órbigo, en el que se encuentran los embalses de Barrios de Luna y Villameca, como de sequía prolongada.
Barrios de Luna se encuentra al 65,5% de sus capacidad total con 202,1 hectómetros cúbicos almacenados, mientras Villameca con 9,2 hectómetros cubicos está al 46% de su capacidad. La CHD todavía no sitúa a los dos embalses en situación de prealerta a pesar de la sequía prolongada, aunque mira con preocupación a Villameca donde las reservas se sitúan por debajo de la media de los diez últimos años.
Con el inicio de la campaña de riego muy próximo, el año pasado comenzó a mediados de marzo, la CHD insiste en la necesidad de realizar un consumo responsable y eficiente de un recurso valioso y escaso como es el agua. Y en lo relativo a la programación de cultivos de regadío pide que se consulte la situación de los indicadores de escasez de cada sistema de explotación, en especial los del Órbigo.
Actualmente, la situación en la cuenca del Duero se puede considerar como muy irregular, destacando la escasez de precipitaciones y las extremadamente bajas o inexistentes reservas de nieve actuales en comparación con las disponibles a principios de febrero de otros años.
Como es habitual en la cuenca, el desarrollo de la campaña de riego 2022 dependerá del volumen de agua embalsada en los embalses al inicio de la misma y de las precipitaciones a lo largo de lo que resta de invierno y de la primavera. Un cambio en la situación atmosférica que hiciera aumentar las aportaciones a los embalses permitiría arrojar mejores datos para la próxima campaña.
De manera general, el volumen de agua almacenado en todos los sistemas en este momento es inferior al que se disponía el pasado año, si bien, en el caso de los embalses del Porma y Riaño, en León, o el embalse de las Cogotas (Ávila), las reservas se encuentran claramente por encima de la media de los diez últimos años, pero son en torno al 10% inferiores con respecto al año 2021.
En Castilla y León, las reservas en los sistemas Carrión y Pisuerga, en Palencia, y el sistema Riaza (embalse de Linares del Arroyo), en Segovia, se sitúan por debajo de la media de esos diez últimos años y son inferiores en más del 40% a las reservas existentes el pasado año. Especialmente comprometida es la situación de los embalses palentinos que abastecen a los Sistemas Carrión y Pisuerga, puesto que el volumen almacenado es un 25% inferior a la media de los diez últimos años y escasamente alcanzan el 50% de las reservas existentes en el año 2021 hace un año.
