El Carnaval de La Bañeza cumple –que no celebra, porque este año no hay nada que celebrar– diez años como Fiesta de Interés Turístico Nacional. Se cumple en este 2021 una década desde que la fiesta más representativa de la ciudad fuera de sus fronteras alcanzara esta ansiada especie de ‘Denominación de origen’ que ha servido para que sea aún más conocida y para que la maquinaria del ingenio de los carnavaleros no haya parado de trabajar.
Haciendo un repaso a la hemeroteca, la declaración de Interés Turístico Nacional para el Carnaval de La Bañeza se debe al ex alcalde de la ciudad y entonces senador por León José Miguel Palazuelo, quien después de obtener el visto bueno de la Junta de Castilla y León y a través del Grupo Parlamentario Socialista en la Cámara Alta registraba en septiembre de 2010 un escrito solicitando al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio que la mascarada bañezana fuera reconocida a nivel nacional.
Palazuelo muestra el diploma que acredita la declaración de Interés Turístico Nacional para el carnaval bañezano, junto a Mesquida, Álvarez y Alejo. Marzo de 2011
Palazuelo aseguraba que esta declaración sería “un motivo de orgullo” y supondría “un impulso muy importante para el carnaval bañezano, con repercusión para la economía local”. Una historia que se remonta al siglo XVI, la celebración incluso en tiempos de prohibición, el Blasón de Plata o la declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional de Castilla y León desde 2002 fueron, sin olvidar lo que aquí se llama “sentimiento carnavalero” argumentos más que suficientes para convencer al Ministerio de que La Bañeza merecía tal distinción.
Unos meses después, el 26 de enero de 2011, la Secretaría General de Turismo y Comercio hacía pública la declaración de Interés Turístico para el carnaval bañezano. Un ‘título’ que se plasmó de manera documental en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 8 de febrero y que la ciudad recibió con gozo el 1 de marzo en un acto donde el entones secretario general de Turismo del Ministerio de Interior, Turismo y Comercio, Joan Mesquida, reconocía a la mascarada por su ‘arraigo’ y ‘antigüedad’.
Un respeto a la fiesta
La originalidad con la que los bañezanos afrontan cada año la llegada de las fiestas y su salida a las calles de la ciudad o la gran participación registrada durante esos días en La Bañeza son algunos de los ‘méritos’ por los que se concedió la distinción nacional a la fiesta que es patrimonio exclusivo de los bañezanos y que merece un reconocimiento y, sobre todo, un respeto frente a manifestaciones impropias.
Este año la pandemia ha cambiado por completo el mundo y la sociedad. Y evidentemente cualquier celebración que implique la presencia de aglomeraciones de personas. El Carnaval de La Bañeza no ha sido ajeno y a pesar de que este año no ha sido posible presentar un cartel anunciador de la mascarada que durante meses promocionara la fiesta en toda España ni proclamar una Musa del Carnaval para encarnar la inspiración de la fiesta, en el corazón de los carnavaleros bañezanos más genuinos no ha faltado el toque de chispa.
De la parodia a la realidad
Este año no hay homenajes en el Viernes Tranquilo ni el espectacular derroche de ingenio durante la jornada del sábado, especialmente al mediodía, ni carrera del carnaval ni desfiles ni Noche Bruja el lunes con sus borracheras y destrozos que ensucian la imagen de la fiesta con tanta fuerza como la promocionan entre el público más joven.
Hace un año había parodias en las calles sobre el Covid-19 y el coronavirus procedente de China y este año ese mismo virus y la situación sanitaria han hecho que tampoco hay animación a cualquier hora del día ni negocios a pares decorados para Don Carnal, porque muchos han cerrado y otros entienden que en una comarca donde desde el último carnaval hemos perdido a más de 600 personas no hay nada que celebrar. La Bañeza y España están de duelo y no precisamente por la sardina que este año tampoco será honrada el Miércoles de Ceniza librando a más de uno de sufrir el escarnio en forma de verso.
Cumplir y no celebrar
Hay quienes dicen que los bienes van y vienen pero el conocimiento permanece. Y ese es el gran activo del Carnaval de La Bañeza, el sentimiento carnavalero que los más genuinos llevan en la sangre, por mucho que surjan de la noche a la mañana ‘inventores’ y ‘salvafiestas’ pretendan hacer ver lo contrario.
El Carnaval de La Bañeza es desde hace diez años fiesta de Interés Turístico Nacional, con título, y desde mucho antes conocido fuera de nuestras fronteras por culpa de varias generaciones que quisieron que así fuera. En su memoria, por dignidad y también por responsabilidad, lo más prudente este 2021 es cumplir y no celebrar.
Montaje con varias imágenes del sábado de carnaval del 2020.
Algunos de los grupos, carnavaleros y disfraces del sábado de Carnaval del 2019.
No entiendo que parte del este año no hay fiesta de carnaval, no ha entendido el Ayuntamiento, incentivando la concentración de gente, con luces, gran pantalla y carrozas fijas, los niños amontonados jugando, no se puede incentivar el contagio, es una enorme irresponsabilidad. Por favor, un poco de cordura.
Escribo aquí porque no se podía en la columna de M. Angeles Cordero, para felicitarle por su gran artículo.
No voy a repetirme sobre lo que dice, simplemente unirme a su causa y lamentar que en lugar de homenajear y gastar dinero en recrear Carnavales del mundo; que bonito hubiese sido celebrar la Fiesta, con carteles de otros años, fotos de carnavaleros auténticos de aquí y poder hacer alarde de nuestra improvisación y originalidad, sin tener que comprar un producto ya hecho, visto en otros sitios y que nada tiene que ver con nuestra historia ni idiosincrasia.
Gracias.