Ante los ataques sistemáticos a la precaria economía de la mayoría de los funcionarios y en defensa propia, me veo obligado a enviar estos consejos al Sr. Presidente del Gobierno. Valdrían para el anterior y, seguramente, para el que venga después.
Ante los muchos ajustes que sufren todos los colectivos que cobran del dinero público y que a muchos nos está llevando a una situación límite y viendo, por otra parte, que esta crisis debía de servir para poner muchas otras cosas en su sitio, me veo en la obligación de darle algunos consejos desde esta modesta columna.
No se soluciona el problema económico en el que nos han metido políticos, constructores y altos ejecutivos sin escrúpulos, con apretar a funcionarios y pensionistas hasta estrangularles su poco poder adquisitivo. Es necesario que el gasto público se reduzca mucho más y esto solo puede conseguirse reduciendo el aparato del estado a la mínima expresión posible, planteándose en serio y sin romanticismos para que sirven las autonomías, reduciendo políticos y sus retribuciones y sobre todo, cambiando un concepto que parece que se ha olvidado: la política no es una profesión, es un servicio público, con el que hay que cumplir y una vez cumplido volver a casa, al antiguo trabajo. No más de ocho años en política.
Tenemos políticos locales, provinciales, autonómicos, nacionales y europeos, muchos de ellos con dos, tres, cuatro o más legislaturas legislaturas a sus espaldas y con sueldos y dietas de infarto para el común de los mortales. Toda una casta de ciudadanos privilegiados que no se rigen por los mismos baremos que todos los demás españoles.
Por todo lo anterior, Sr. Presidente, le paso una idea que puede funcionar:
En España, los sueldos más altos del dinero público que reciben los altos funcionarios: un cirujano, un magistrado, rondan los 4.000 euros brutos al mes. Bien, pues llevemos estos baremos a la clase política: Que nadie en España que cobre del dinero público y en ello incluyo a los políticos, cobre más de esos 4.000 €, que ya está bien. Es un sueldo estupendo, además ustedes tienen luego dietas para todo.
Esta es mi propuesta de esta semana: nadie puede cobrar del dinero público más de cuatro mil euros por arriba, ni menos de mil euros por abajo. Creo que es bastante justa. Imagínese la cantidad de dinero que nos ahorraríamos. Puede ser legal lo que cobran algunos presidentes de Autonomías, o algunos alcaldes, pero, desde luego, es amoral. Piénselo, usted que gana más seis mil euros al mes como presidente más otros sueldos y fantásticas dietas, no tiene fuerza moral para quitarme a mí la paga extraordinaria de Navidad que es con la que tapó los agujeros de los seis meses anteriores.
El primer partido político que lleve esta propuesta en su programa contará con el voto de la mayoría de los españoles. A ver quien se anima a ganar menos dinero.
Supongo que esta carta le llegará, que para eso es Presidente y debe controlarlo todo, a mi no me queda ni para el sello. El tiempo se me acaba y aún me quedan algunos consejos. Se los regalaré la semana que viene.
