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Colinas saca a la luz las huellas históricas del gran y desaparecido convento de Carmelitas Descalzos

● Ibañeza.es ►Viernes, 13 de abril de 2018 a las 22:11 Comentarios desactivados


Portada del libro.

P.J. Abajo

El Cronista Oficial de La Bañeza, José Dionisio Colinas, se ha dedicado durante los últimos años en cuerpo y alma a recopilar datos para escribir un extenso volumen en el que documenta toda la historia sobre el desaparecido convento de Carmelitas Descalzos de la ciudad. Una abadía de monjes que tuvo su vivienda, su huerta, su claustro, su capilla, su cementerio, sus lugares de trabajo y sus fincas de labor, sus gentes establecidas con nombres y apellidos y del que a día de hoy no hay ni un arco ni un muro en pie –salvo algunas obras de arte que se llevaron a las parroquias y capillas– porque desaparecieron como se perdieron las cartas de Santa Teresa de Jesús y un manuscrito de San Juan de la Cruz entre otros muchos ‘tesoros’ de valor incalculable.

La Fundación Conrado Blanco ha sido mecenas de un libro cuya producción editorial es obra de Monte Riego Ediciones y aunque vio la luz en octubre del pasado año no ha sido hasta ahora su presentación oficial. En su puesta de largo, cargada de nostalgia, autor, editor, patronos de la fundación –como madrina del volumen– y alcalde de La Bañeza coincidieron en señalar la importancia de este trabajo para documentar todos los detalles de un convento que albergó piezas de incalculable valor, que tuvo una gran importancia histórica hasta la Desamortización de Mendizábal y que hoy sólo es memoria.

Memoria y olvido porque a pesar de que su fundación fue obra de la conocida labor de expansión de la Orden de Carmelitas Descalzos que fundara Santa Teresa de Jesús con el apoyo de otro grande de nuestras letras, San Juan de la Cruz, del convento bañezano hoy no queda ni una piedra en pie. Un monasterio que salió adelante con el empeño del padre Fray Gregorio Nacianceno y la ayuda del Conde de Miranda y otros benefactores, como Sebastián López de Herrera, Juan de Herrera, Juan de Herreras (o Ferreras), Genara Carrillo, Isidora Moreno, Francisco Carro, entre otros.

Todos estos nombres se recogen en el libro que José Dionisio Colinas ha escrito basándose en investigaciones y documentos hallados en archivos de León o Madrid, a pesar de que “tuvimos en nuestra tierra el Archivo del Adelantado del Reino de León, y no nos queda prácticamente ninguna información”, por lo que la labor de investigación no fue una tarea nada fácil por ser una época bastante remota y sin vestigios de la edificación que nos permitieran “saber algo más de esta docta casa de gran vitalidad cultural y religiosa, desde 1592 hasta 1835, en el que se hace el inventario de las rentas, papeles y efectos que tenía”.

¿Dónde estaba?

La ausencia absoluta de restos del edificio hacía complejo incluso documentar el lugar exacto donde se ubicaba el Convento, que Colinas sitúa “extramuros del burgo de nuestra villa de La Bañeza, en un elevado paraje llamado ‘El Paramito’, desde el cual seguramente los monjes se podían encontrar más cerca de la soledad y de Dios”. Allí se construyó un edificio que, por las pocas imágenes que existen de cuando aún se podían ver sus ruinas, tuvo que ser imponente. Tanto como la ingente cantidad de bienes que guardaba en su interior y cuyos inventarios se recogen en el libro del cronista bañezano.

¿Qué bienes poseía?

Parte de esos bienes se perdieron pese a su incuestionable valor, como las citadas cartas de la santa o el libro manuscrito ‘La subida al Monte Carmelo’, de San Juan de la Cruz, que el padre Domingo de la Madre de Dios trajo a La Bañeza en 1627. También desaparecieron enseres para el culto, cuadros, buena parte de la rica imaginería… Salvo algunas piezas que se conservan en las iglesias locales como La Piedad de Gregorio Fernández, la talla de Santa Teresa, la Virgen del Carmen conocida popularmente como ‘La Maragatona’, el cuadro de Orisgonta que cuelga en las paredes del Museo de León, el Cristo de Juan de Mansilla o ‘Miserere’, o las postales y escasos documentos que se guardan en algunos archivos y que son Historia de la villa de La Bañeza.

La presentación del libro tuvo lugar en el Centro Cultural de las Tierras Bañezanas.

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