Estado en el que se encuentra la casa.
La Policía Local de La Bañeza cerró al tráfico durante la jornada de ayer la céntrica calle Conrado Blanco por el peligro de derrumbe inminente de la vivienda situada en el número 10. Un inmueble que se encuentra declarado en estado ruinoso desde hace tiempo y donde ya hace semanas que se iniciaron los trabajos para proceder a su derribo.
Estos trabajos, según ha podido saber Ibañeza.es, parten del proyecto técnico encargado por el propietario de la finca y han consistido en la retirada de cables aéreos para facilitar el acceso de las máquinas.
Además, recientemente también se ha acordonado parte de la acera de esa calle tras comprobar cómo han caído al suelo cascotes de la fachada y de los balcones. De hecho, testigos presenciales aseguraron a este periódico haber oído en estos días “cómo se resquebraja la pared o alguna viga interior”, alertando del peligro que supone.
Si no les dejáramos colgar sus cables por nuestras fachadas, no pasarían estas cosas.
Ya esta bien de los abusos de las eléctricas y telefonías. Resulta que llegan a nuestras fachadas y tal cual fueran de su propiedad, nos las llenan de taladros y cables, sin previo aviso, ni compensación por el uso de las mismas. Llega un momento (como el que ocupa ahora este inmueble) y cuando se les pide que quiten SUS PUTOS CABLES de una propiedad que no es suya, dan largas y largas, con el consiguiente perjuicio para propietarios y vecinos. ¿Y si llega a caer por la “excesiva desidia” de estas empresas y alguien resulta herido (en el mejor de los casas)? ¿Le empaquetamos “el muerto” a la propiedad, al ayuntamiento o al ayayay ?
Los propietarios de la casa de la calle Conrado Blanco número 10, manifestamos que desde el momento en que el Ayuntamiento nos comunicó el estado de ruina en el que se encontraba el citado inmueble iniciamos los trámites requeridos para proceder a su inmediata demolición: al día siguiente contratamos una empresa para la demolicion, encargamos la redacción del imprescindible proyecto técnico e iniciamos las gestiones con las distintas empresas cuyos sus cableados están soportados por la fachada (distintos operadores de telefonía y energía eléctrica fundamentalmente, habiendo sido imposible proceder a la deseada demolición debido a la negligencia de alguna de ellas.
En todo momento hemos sido conscientes del peligro que supone para las personas y vehículos que transitan por la zona y nuestra intención ha sido y es demoler el edificio cuando se hayan solventado todas las cuestiones legales.
Tenemos constancia escrita de todos los trámites efectuados diligentemente ante las empresas correspondientes, algunas de ellas con una respuesta en el tiempo excesivamente desidiosa.
Insistimos en que hemos querido proceder a la inevitable demolición y no ha sido posible por causas ajenas a nosotros.