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Cuando el Programa de las Fiestas Patronales no gustó a la Benemérita (I)

● Ibañeza.es ►Lunes, 2 de agosto de 2021 a las 8:01 Comentarios desactivados


La Bañeza, agosto de 1970

Leandro Sarmiento Fidalgo era en agosto de 1970 alcalde desde el inicio de aquel año, tras sustituir en el cargo a su hermano Fidel, que lo había ejercido a lo largo de los cuatro anteriores, y llegado el mes de agosto, a su comienzo publicaba el Ayuntamiento el programa oficial de festejos en honor de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Asunción, cuya festividad del día 15 caía en está ocasión en sábado.

En el colorista cuadernillo que daba cuenta de las celebraciones y actividades con tal motivo programadas se incluían, además de anuncios de las industrias y comercios locales, algunas colaboraciones literarias, una de estas el siguiente relato, acompañado de una imagen de la Iglesia del Salvador, firmado por “Chencho” y titulado

Con “sabor”

Eran las tres. Las tres de la madrugada paridera de quietud. No se oía, en ese instante, ni el eco del silencio. Nada. La Bañeza dormía.

Decidí pasear por sus calles a esa hora. Desenterrar, estudiar a una ciudad en la profunda soledad de la noche. Me levanté de la cama, me duché y salí con el ánimo dispuesto a la meditación.

Respiré hondo. Con paso lento y lento llegué a la Plaza Mayor. Solo dos guardias civiles, con cara hierática y tricornio calado hasta las orejas, departían amigablemente. Me acerqué a ellos.

–Buenas noches.

–¡Qué hay! Buenas noches. Contestaron al unísono clavándome sus ojos analíticos.

–Hermosa noche, ¿verdad? Les dije al tiempo que les ofrecía un cigarrillo.

–Espléndida.

–Sí ciertamente. Es espléndida. Voy a dar un paseo largo, tranquilo, sin pararme con nadie. ¡Hasta luego!

–Adiós. Respondieron.

Me alejé. Nunca me han gustado los guardias civiles. Son secos, escuetos, lacónicos, espartanos. No son simpáticos. Al menos a mi, desde niño, nunca me lo han parecido.

Sin saber por qué, seguí la dirección de la calle Gral. Franco. La Plaza los Churros apareció urgentemente ante mis ojos. Me acordé entonces de Casio, ese hombre del minúsculo metro, que tantos y tantos años colaboró en el desayuno de los bañezanos. También de Nistal, fumador empedernido, 20 puros pequeños y cuatro farias cada jornada, quien diariamente nos sirve la prensa con las noticias mundiales.

Continué por la calle José Antonio. Me consideraba a mi mismo, esa madrugada, como una soledad poblada de memoria. Recordé facetas de mi vida: estudiante, periodista, novio, marido…

Sumido en mis pensamientos llegué al Seminario. Acacias frondosas, en solemne posición de firme, me recibieron. Empezaba a amanecer. Desde allí contemplaba a La Bañeza y quería desgranar lo que veía: la eternidad de sus casas envueltas aún en sombras, la torre de la iglesia, la cúpula del Ayuntamiento, la chimenea de la Azucarera…

Pero detrás de los cristales de sus casas, rezando en sus iglesias, paseando por las calles, hay gentes que ríen y que sufren y dan una fisonomía propia a cada lugar.

Efectivamente los pueblos tienen “alma”. Hay pueblos tristes o alegres, trabajadores o uraños. Igual que las personas.

¿Cómo es La Bañeza?… Dentro de unas horas, cuando ya se haya desperezado del sueño, cuando la ciudad comience a bullir, cuando los cohetes surquen el espacio anunciando fiesta y alegría, con el abrazo y el saludo presto al forastero, departiendo, en inagotable “alterne”, la sal y pimienta de su carácter.

Aquel que dijo: “Los bañezanos todos gitanos”, debía ser una persona muy inteligente. Sí, tenía que ser muy listo. Acertó plenamente en la definición.

Porque los bañezanos somos gitanos. Pero no lo que entiende el vulgo por gitanos, no. Nosotros somos gitanos con “casta”, con salero, con gracia, fuerza, temperamento, autenticidad, “sabor”.

Así somos los bañezanos: Con “sabor”.

Chencho.

José Cabañas González es autor de las siguientes obras:

La Bañeza, 1936. La vorágine de julio (Volumen 1, publicado en 2010, y Volumen 2 –en 2 Tomos–, publicado en 2013).

Convulsiones. Diario del soldado republicano Jaume Cusidó Llobet (agosto 1938 – mayo 1939). Prisioneros catalanes en el “gulag” de León (publicado en 2019 en Ediciones del Lobo Sapiens, como los anteriores, y en 2020 una edición en catalán en Ediciones Base).

Cuando se rompió el mundo. El asalto a la República en la provincia de León (libro en preparación y próximo a publicarse, también en Lobo Sapiens).

(Más información en www.jiminiegos36.com)

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