P.J. Abajo
Aunque existen «datos certeros que nos hablan de que la cofradía ya existía anteriormente, por las referencias documentales de entre los años 1500 y 1600 sobre la ubicación de la ermita o humilladero por donde pasaban los frailes del Convento del Carmen para llegar hasta El Salvador», no es hasta el año 1615 cuando se hace oficial la refundación de la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad de La Bañeza, tal y como revela la Santa Regla por la que se rige el funcionamiento de la hermandad.
Por ese motivo, al cumplirse ahora 400 años en los que la devoción bañezana a la Virgen de las Angustias quedó recogida en una serie de ordenanzas rubricadas por el entonces obispo de Astorga, la hermandad organizó este viernes una charla en la que participaron el juez, Luis Mantecón, y el sacerdote Arturo Cabo para desgranar una serie de curiosidades, anécdotas y parte del pasado de esta cofradía que no cesa en su empeño por ir rescatando datos con el fin de darlos a conocer su historia entre los devotos y vecinos de La Bañeza.
Aquel primer texto que se conserva a día de hoy y que pone fecha a la creación de la cofradía, aprobado mediante decreto episcopal de Fray Antonio de Cáceres el 23 de marzo de 1615, recogía el régimen interno y externo de la institución cuyo fin principal era «venerar la memoria de los Dolores y Angustias y Soledad de la Virgen en el hecho del Redentor, y la Pasión de Jesucristo, sirviendo de ejemplo de religiosidad, procurar la paz, la concordia y la caridad», siendo instituida originalmente en la Iglesia de «Nuestra Señora Santa María de la Villa de La Bañeza, en la plaza».
28 capítulos
La Santa Regla, de veintiocho capítulos, concretos y cortos, aprobados unánimemente por el cabildo, «es un conjunto de ordenanzas que se han ido adaptando a lo largo del tiempo, según los usos y costumbres de las distintas épocas y aunque hoy en día están obsoletas, muchas de las tradiciones que contempla se siguen manteniendo a día de hoy», explicó Mantecón, quien fue desgranando los distintos capítulos que conforman este documento donde se implantaban cuestiones tan sorprendentes como «una procesión de disciplina, con necesidad de entregar al abad cédula de confesión un día antes».
El potaje
Aspectos como la fiesta de la cofradía o la necesidad de que los hermanos «malos, en articulo mortis», fueran acompañados por otros cofrades hasta el momento de la defunción «para el bien morir», incluso las honras fúnebres que se organizaban y las misas en su memoria que se organizaban, todo eso, quedó recogido en un documento en el que no podía faltar una de las tradiciones que han dado fama a la cofradía. El Santo Potajero, «lo que empezó siendo un acto de caridad, es hoy un acto multitudinario al que acude gente de otras provincias», recordó Mantecón, quien quiso acompañar su presentación y la intervención de Arturo Cabo con una serie de recursos audiovisuales además de la presencia de vestimentas y ornamentos antiguos.
Palazuelo y De la Torre acompañaron a Luis Mantecón y Arturo Cabo en la conferencia.
Hago un ruego a D. Arturo Cabo Carrasco, para si él pudiera aclararme, el contrasentido de que en el Escudo de LA BAÑEZA, está una Virgen de la Piedad o de las Angustias, y sin embargo el final de la letra del Himno a LA BAÑEZA, dice: Como la Torre como la Encina, que hay en tu Escudo quisiera yo, yacer velado por tu Patrona, Nuestra Señora de la Asunción.
Alguien me dijo que la Virgen de la Piedad del Escudo, es la pequeñita que está en una hornacina o pequeño retablo, en una pared lateral al lado de la puerta de la Sacristía de la Iglesia de Santa María.
Tal vez el nuevo Cronista Oficial D. Jsé Colinas Lobato, sepa algo sobre esto. Gracias.
Esto si que es un verdadero adelanto de noticias.
Asistí a esta más que INTERESANTE conferencia, y salí encantado.
Hay que reconocer el inmenso esfuerzo y trabajo de investigación previa, para llegar a DELEITARNOS con tanta información. La proyección del audio-visual, creado por RAIGADA con música de fondo (Requiem de Mozart) fué emocionante.
Felicito y agradezco a D. ARTURO CABO y a D. LUIS MANTECÓN, el haber disfrutado de este acto, que nos dejó boqui-abiertos a todos los asistentes.