P.J. Abajo
Jugadores, directivos, técnicos y un importante grupo de aficionados del Deportivo de La Coruña hicieron ayer por la noche escala en el restaurante La Hacienda para descansar y reponer fuerzas en La Bañeza antes de emprender el viaje de regreso hacia casa, un encuentro en el que estuvieron responsables de la Peña Super-Depor de La Bañeza y en el que fue visible el disgusto del club por haber perdido ante el Real Valladolid y complicarse de forma notable la permanencia en Primera División.
Valerón, Manuel Pablo, Aranzubía, André Filipe, Aythami, Zé Castro, Silvio, Álex Bergantiños, Pizzi, Nelson Oliveira, Juan Domínguez, Riki, Bruno Gama o Fernando Vázquez -el entrenador- fueron algunos de los comensales que este sábado, 11 de mayo, volvieron a hacer escala en La Hacienda en su viaje de ida y de vuelta para participar en alguna competición, en esta ocasión en el José Zorrilla de Valladolid; un establecimiento que para el Dépor y los aficionados deportivistas gallegos es como su casa, ya que este complejo es, además, la sede social de la Peña Super-Dépor de La Bañeza.
Después de una tarde en la que el Dépor vio cómo los pucelanos se aferraban a los puestos de permanencia, al mismo tiempo que ellos se acercaron peligrosamente al borde del precipicio de Segunda, la plantilla del Deportivo de La Coruña estuvo acompañada en nuestra ciudad por Ángel Martínez, aficionado histórico y presidente de la peña local, y por Luis Miguel Seco, propietario del complejo hotelero y directivo de esta entidad que por tradición familiar siempre ha colocado en su casa en un lugar de honor al club herculino, un club que -como anécdota- ayer tuvo que endulzar la amarga derrota en Castilla con los Imperiales de La Bañeza con los que le obsequió La Hacienda.