Villameca, con apenas 9,1 hectómetros cúbicos embalsados, se sitúa más de cuatro puntos por debajo de la media de agua embalsada en los diez últimos años. Aunque el pantano ha subido en la última semana 0,2 hectómetros cúbicos, se encuentra al 45,7% de su capacidad total. Esta cantidad supone 7,2 hectómetros cúbicos menos de los que contaba el embalse el pasado 2021 por estas fechas, según los datos publicados este viernes por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).
El embalse de Villameca tiene capacidad para 20 hectómetros cúbicos, y a principios de febrero del pasado 2021 el pantano contaba con 16,3 hectómetros cúbicos. El último informe del Plan de Sequía del mes de enero de la CHD identifica los sistemas Tera, Órbigo, Pisuerga y Águeda, más el Támega-Manzanas, en situación de sequía prolongada.
Según la información que maneja la institución, la situación del embalse de Villameca es «muy irregular» ya que el volumen embalsado se encuentra por debajo de la media de los diez últimos años e inferior en más del 40% a las reservas existentes el pasado año.
La sequía amenaza un año que ha comenzado con pocas precipitaciones. Desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), los modelos de previsiones apuntan a que los próximos meses hay un 50 % de posibilidades de que las precipitaciones estén por debajo de la media y solo un 20 % de que estén por encima, en un periodo del año en el que se suelen registrar las mayores precipitaciones.
Ante esta coyuntura, desde la CHD se insiste en la necesidad de realizar un consumo responsable y eficiente de un recurso valioso y escaso como es el agua. Y en lo relativo a la programación de cultivos de regadío se consulte la situación de los indicadores de escasez de cada sistema de explotación, en especial los del Órbigo, Carrión, Pisuerga y Bajo Duero.
Como es habitual en la cuenca del Duero, el desarrollo de la campaña de riego 2022 dependerá del volumen de agua embalsada en nuestros embalses al inicio de la misma y de las precipitaciones a lo largo de lo que resta de invierno y de la primavera. Un cambio en la situación atmosférica que hiciera aumentar las aportaciones a los embalses permitiría arrojar mejores datos para la próxima campaña.
Panorámica del embalse de La Tabla en Jiménez de Jamuz.
