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El sindicalismo católico y la Federación de Astorga

● Ibañeza.es ►Lunes, 11 de febrero de 2019 a las 7:05 Comentarios desactivados


Al final del siglo XIX se había ido produciendo también en nuestra tierra un asociacionismo obrero en torno e influido por la Iglesia, que ya en 1891 pretendía intervenir en la “cuestión social” a través de la encíclica Rerum Novarum de León XIII, y así fueron surgiendo: en 1893 una Congregación de Obreros Cristianos en León; en Astorga, en 1901 y para su socorro, un Círculo Católico de Obreros, y otro en Sahagún en junio de 1908, y entre 1911 y 1912 en Villarejo de Órbigo un Sindicato Agrícola Católico, además de diversos sindicatos católicos de mineros en las poblaciones de las cuencas hulleras leonesas. Ya en 1904 en algún documento socialista se decía: “…apenas forman una Sociedad los compañeros, cuando los patronos, ayudados por los alcaldes, los jueces y los curas, constituyen un Círculo Católico para dar con ella en tierra…”.

El 18 de junio de 1909 se constituyó en La Bañeza la Sociedad de Labradores, para la defensa de los intereses agrícolas de sus asociados, seguramente a raíz de la promulgación en 1906 de la Ley de sindicatos agrícolas y de su Reglamento de 1908, unas disposiciones que permitían la asociación de campesinos en sindicatos, cámaras agrarias o comunidades para la adquisición de herramientas, máquinas, tierras, animales o productos, pero no para la reivindicación de sus derechos.

A principios de 1917 se consolida el viejo asociacionismo confesional con el establecimiento sobre el mapa diocesano de Castilla la Vieja y León de la Confederación Nacional Católica Agraria, cuya peculiar interpretación de las relaciones laborales la convierten en la herramienta definitiva del control patronal, además del más idóneo garante contrarrevolucionario. En 1928 depende de aquella Confederación la Unión Católica Agraria Castellano-Leonesa, con sede en Valladolid, y a ella pertenecen las federaciones de León y Astorga (que cuentan al inicio del periodo republicano con 83 y 94 sindicatos), a las cuales se hallan adheridos, entre otros muchos, los de Castrotierra, Fresno de la Vega, Izagre, Valdemorilla, Villarroañe, Villabraz, Villamañán, Villademor de la Vega, a la Federación Católica de León; y Alija de los Melones, Audanzas del Valle, Benavides, Bustillo del Páramo, Castrocalbón, Congosto, Herreros de Jamuz, Huerga de Garaballes, Laguna Dalga, Laguna de Negrillos, Mansilla del Páramo, Navianos, Nistal, Posadilla, Priaranza de la Valduerna, Requejo, Riego de la Vega, Robledo de la Valduerna, San Cristóbal de la Polantera, San Justo y San Román de la Vega, San Román el Antiguo, Santibañez de la Isla, Toral de Fondo, Valdesandinas, Valdefuentes del Páramo, Veguellina, Villamor, Villarejo, Villoria de Órbigo, y las dos sociedades de agricultores de La Bañeza, a la Federación Católica de Astorga. Precisamente las contradicciones entre la teoría y la práctica de los sindicatos confesionales y los Círculos Católicos de Obreros llevarían a uno de sus clérigos activistas e impulsores, el candidato cunero en la provincia leonesa por Izquierda Republicana en las elecciones de febrero de 1936, Luís López-Dóriga Messeguer, a involucrarse después en los de orientación socialista.

Desde las federaciones confesionales se había hecho reciente propaganda para la constitución de la Confederación Sindical Hidrográfica del Duero y de la Sección de la Liga de Mujeres Campesinas en enero de 1928, amparada por el obispo y relacionada con la derecha clerical, con la que también tendría algo que ver la Sección de Señoras de las Conferencias de San Vicente de Paul que al menos a finales de 1929 está implantada en La Bañeza, donde al igual que en toda la provincia el sindicalismo dominante hasta la caída de la dictadura primorriverista había sido de inspiración católica

Celebraba el 10 de marzo de 1933 su asamblea anual la Federación Católica Agraria Leonesa (se manifestaba contra el proyecto de Ley de congregaciones religiosas, que entonces se debatía, noticiaba El Adelanto), a la que asistieron 53 representaciones de sindicatos federados, con el balance de haber fundado 35 asociaciones de propietarios, 23 de arrendatarios y 26 de obreros. Acabando el año existían en la provincia leonesa 445 sindicatos agrícolas, con 13.814 asociados, de los que 86 entidades y 5.852 sindicados correspondían a la Federación de León, mucho más nutrida entonces que la de Astorga, en un tiempo en el que la provincia leonesa superaba con mucho a las demás en el número de los sindicatos agrícolas formados, aunque fueran diminutos y de escasos afiliados.

Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas -Valduerna, Valdería, Vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras localidades provinciales -León y Astorga-, de 1808 a 1936), publicado en 2013 en Ediciones del Lobo Sapiens) por José Cabañas González. (Más información en www.jiminiegos36.com)

La carga, de Ramón Casas (1900). Museo de Olot.

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