Don Prudencio Álvarez, en una fotografía de archivo de la fiesta de la residencia Nuestra Señora de Castrotierra.
El sacerdote de origen zamorano pero siempre vinculado a la comarca bañezana don Prudencio Álvarez Lafuente falleció en León a última hora de ayer a los 87 años. Durante décadas fue párroco de Posada y Torre y uno de los fundadores de la Residencia Nuestra Señora de Castrotierra, en La Bañeza, donde ocupó tanto la dirección como la capellanía y a la que estuvo vinculado hasta su jubilación, hace escasos años.
Nacido en Justel en 1930, fue ordenado sacerdote en la Catedral de Astorga, a la que sirvió hasta la actualidad en la residencia de ancianos en cuya construcción y gestión formó parte hasta que las parroquias de La Bañeza decidieron su traspaso a Mensajeros de la Paz, siendo siempre su máxima preocupación el bienestar material y espiritual de los internos y que los trabajadores disfrutaran de las mejores condiciones laborales. De hecho, el centro donde contó con el apoyo incondicional de una comunidad de Religiosas de San José de Gerona era su lugar de residencia y, sin ir más allá, este mismo verano concelebró la Eucaristía el día de la fiesta de San Joaquín y Santa Ana. También fue párroco de Villar del Monte, Manzaneda y Pozos en La Cabrera.
Funeral y entierro
La capilla ardiente con los restos mortales del padre Álvarez ha sido instalada en el Tanatorio La Cruz. El funeral, al que asistirán el obispo de Astorga, monseñor Menéndez, y un importante número de presbíteros diocesanos, será mañana a las 16:00 horas en la iglesia parroquial de Santa María de La Bañeza. Posteriormente, será trasladado a su localidad natal, Justel (Zamora), donde el cadáver será recibido en la iglesia parroquial para celebrar una oración y después será depositado en el panteón familiar.
