P.J. Abajo
Cuando a finales del siglo XIX el confitero Emilio Alonso Ferrero empezó a fabricar el dulce más famoso de La Bañeza, compuesto por las mejores almendras, huevo y azúcar, no se imaginaba que en el 2015 su gran aportación a la gastronomía bañezana iba a tener a un grupo de pequeños reposteros dispuestos a «darle un toque de innovación» al producto siguiendo exclusivamente el dictado de su imaginación y los consejos de programas televisivos como MasterChef Junior.
Con sus gorros de repostero confeccionados por ellos mismos, los niños que participan este verano en el Campus Bilingüe Lúdico Summertime, de la Escuela de Ana Gema Quesada, hicieron este lunes parada en el obrador de Imperiales Alonso, donde fueron recibidos por Ordoño Alonso y una mesa preparada para demostrar su capacidad creativa a la hora de ‘adornar’ un Imperial con sirope de chocolate, caramelo líquido, azúcar en polvo, frambuesas…
Así, tras conocer el proceso de elaboración que después de un siglo Ordoño Alonso sigue manteniendo fiel al ritual ideado por el precursor de esta saga de confiteros bañezanos para fabricar los Imperiales, los niños se pusieron manos a la obra para decorar este dulce que –como era lógico y de esperar– pudieron comerse después. Además, como detalle y recuerdo de su paso por el obrador de Alonso, los pequeños reposteros también tuvieron la oportunidad de llevarse a casa una cajita con tres unidades de este manjar de elaboración artesanal y exclusiva.