P.J. Abajo
La Diócesis de Astorga cuenta desde este domingo con un nuevo sacerdote, el primero que recibe el ministerio de manos del obispo Jesús Fernández, y cuya llegada al presbiterio ha sido acogida con júbilo en todo el territorio diocesano pero sobre todo en la comarca de La Valduerna. Álvaro Lobato Pérez (Robledo de la Valduerna, 1996) llega a la iglesia asturicense tras descubrir que su felicidad está en encontrarse con Dios y para servir a un pueblo bajo el lema ‘En Vos confío’ con la confianza de que “uno solo no es capaz de afrontar esta aventura”.
Con ilusión, emoción, formación y el reto de conocer al hombre de hoy para mostrarle el rostro de Cristo, Álvaro alcanza el ministerio sacerdotal como un joven con ‘ganas de comerse el mundo’, que ha descubierto en estos años de preparación “que el Señor me regala una vida apasionante, sirviendo a su Iglesia y entregándome por ella, rezando para que los que nos apacientan acierten con nuestros destinos y aprovechen al máximo los talentos de cada uno”.
En un acto muy emotivo, aunque marcado por las restricciones sanitarias, el nuevo presbítero recibió la casulla de manos del rector del Seminario Mayor, Enrique Martínez, y también del que fuera durante décadas Vicario General de la Diócesis y Deán de la Catedral, Marcos Lobato, tío del joven valdornés. Como manda la tradición católica, la madre de Álvaro le impuso el manutergio y junto a su padre llevaron al altar el cáliz y la patena.
Vínculos con La Bañeza
El padre Álvaro Lobato, valdornés de nacimiento, ha estado siempre muy vinculado a La Bañeza, pues realizó sus estudios de Primaria en el colegio Comarcal Teleno y es hermano de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Su trayectoria académica continuó en el Seminario Menor de Astorga y el Colegio Diocesano San Ignacio de Ponferrada, además de Santiago de Compostela y el Centro Superior de Estudios Teológicos de León.
Cuando fue ordenado diácono en octubre del pasado año, recibiendo la estola y la dalmática, supimos que la inquietud vocacional de ser sacerdote venía ya abriéndose paso en la vida de Álvaro durante sus años de seminario menor. De hecho, ingresa en el Seminario Mayor en el año 2014 y desde entonces ha venido realizando los cursos del Ciclo Institucional de estudios Eclesiásticos y de formación para ser sacerdote.
Como seminarista ha colaborado en la Delegación de Pastoral Juvenil y realizado experiencias pastorales en las parroquias de San José Obrero en Cuatrovientos, Tábara y Villafranca del Bierzo, donde ha ido forjando el camino hacia el sacerdocio, que ha llegado este domingo 13º del Tiempo Ordinario en la Catedral de Astorga, donde el nuevo presbítero estuvo acompañado por su familia y amigos, pero también por decenas de seminaristas y de sacerdotes llegados desde numerosos lugares.
“Cristo merece la pena”
En el transcurso de la homilía de una celebración que se prolongó durante algo más de dos horas, el prelado asturicense aconsejó al nuevo sacerdote diocesano: “afianza en tu mente la convicción de que Cristo es la perla por la que merece la pena darlo todo, la luz que ilumina los pasos de tu vida y la de los hermanos para que no se pierdan en el vacío. El ministerio presbiteral es un ministerio para dar vida”, recordó el obispo en la que ha sido su primera ordenación sacerdotal desde su llegada a Astorga, una iglesia que recibe con alegría y esperanza esta noticia.