Sin la solemnidad acostumbrada para esta fiesta, con mascarillas, desinfectantes y distancia social y sin procesión por las calles de La Bañeza, apenas cincuenta fieles asistieron este domingo en la iglesia de El Salvador a la celebración del Corpus Christi. Una celebración que tradicionalmente era “la fiesta de las fiestas” y que hasta el año pasado se vivía con toda la solemnidad pero que este año ha estado marcada por la situación de alerta sanitaria generada por la pandemia del coronavirus.
Sin los niños de Primera Comunión ni la Coral del Milenario para musicalizar la celebración ni la decena de sacerdotes que en ocasiones llegaron a concelebrar la eucaristía como tampoco estuvieron las representaciones de todos los movimientos de apostolado, cofradías y entidades religiosas, la parroquia acogió una sencilla misa que finalizó con la procesión con el Santísimo por el interior del templo.
Entre el medio centenar escaso de personas que estuvieron en el acto, una pequeña representación municipal del Partido Popular y Ciudadanos, de la Cofradía Penitencial de las Águedas y los tres jueces de las tres cofradías semanasanteras entre otras pocas entidades religiosas locales que acudieron a la cita, conscientes de la situación que vivimos.