C.M.L.B.
Como todos ustedes saben, el pasado día 10, la Coral del Milenario se desplazaba a Sevilla para dar dos conciertos: uno en la Casa de Castilla y León organizado por la Casa de León en dicha ciudad y otro, en la Parroquia que regentan los PP. Redentoristas en la populosa zona del Nervión.
Aprovechando esta circunstancia, los coralistas visitaron los lugares más emblemáticos de la ciudad hispalense. La mañana del día once, acompañados de un guía local, recorrieron los Reales Alcázares con sus Jardines, el Barrio de Santa Cruz y la Catedral con su Giralda. Por la tarde, Ignacio Barrio sería, en representación de la Casa Regional de León, la persona que guiara la visita al Parque de María Luisa, Plaza de España, Avenida de la Palmera con sus palacios, pasando por la Maestranza y el Puente de Triana para finalizar en las Basílicas de la Macarena y la de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, verdaderos Santuarios del fervor semanasantero andaluz.
Y fue en estos dos lugares, donde las pasiones se descontrolaron, apareció algún nudo en la garganta y por varias mejillas corrieron lágrimas de emoción. La Coral está curtida en cientos de conciertos pero, cantar un “Ave María” en la Casa de la Macarena o cantarle el “O bone Jesu” al Jesús del Gran Poder, allí donde los sevillanos se hermanan para venerar imágenes tan representativas, te hace empequeñecer hasta tal punto que el entorno se agiganta hasta hacerte aflorar sentimientos que sólo imaginaste en los demás.
Fueron momentos para vivir y suficientes por ellos mismos para que este viaje quedase plenamente justificado. La cara iluminada de algún coralista mereció la pena el esfuerzo realizado. El resto estuvo muy bien y el regreso, visitando la Córdoba califal con su Mezquita y Catedral, además de la Judería con su Sinagoga, la calle de la Flores, etc. pusieron un bello broche a un viaje para enmarcar.
