El recorrido de la Segunda República española había estado hasta mayo de 1933 (y seguiría estando) salpicado de complots de todo signo (y de rumores o sospechas de ellos) de mayor o menor envergadura y de los que con frecuencia aparecían noticias en la prensa, algunos de los cuales, como el que encabezado por Sanjurjo había estallado en agosto de 1932, ya habían tenido algún eco en La Bañeza y su comarca. También otros posteriores lo volverían a tener.
El general Goded y algunos otros militares habían sido detenidos el día 8 de mayo por estar implicados en una nueva supuesta conjura monárquica, y entre el 19 y el 22 de julio unos 3.000 presuntos fascistas, entre ellos Ramiro Ledesma Ramos y una heterogénea colección de jonsistas, anarquistas, monárquicos, albiñanistas, oficiales retirados y antiguos upetistas de la dictadura, lo eran como integrantes de otro pretendido complot contra la República en el que también participarían al menos una docena pertenecientes a la organización que por entonces trataba de fundar José Antonio Primo de Rivera con el nombre de Movimiento Español Sindicalista (MES), embrión de la futura Falange Española, y en cuya propaganda figuraba como subtítulo Fascismo Español (FE) nombre en principio destinado para la nueva formación.
En aquella fecha la nota que el gobierno civil de León facilitaba a la prensa señalaba: “Cumpliendo órdenes superiores se ha procedido a clausurar varios centros sindicales, practicándose detenciones, entre las que figuran la del secretario del Ayuntamiento de La Bañeza, don José Marcos, en cuyo domicilio le fueron hallados 40 cartuchos rémington con literatura y el periódico El Fascio. En cumplimiento de aquellas órdenes, todos los detenidos quedan a disposición de la Dirección General de Seguridad (DGS)”. El ABC informaba el 27 de julio: “Detenciones en León. En La Bañeza fue detenido el secretario del Ayuntamiento, don José Marcos. En el Centro Tradicionalista (leonés) se practicaron registros, sin resultado. El día 28 una nueva nota del gobernador dirá: “Habiendo remitido los antecedentes de las detenciones practicadas a la DGS y existiendo tranquilidad absoluta en toda la provincia, han sido puestos en libertad todos los detenidos, sin perjuicio de la responsabilidad que corresponde determinar a la jurisdicción especial creada para este caso”.
Extraordinarias precauciones de vigilancia, registros y detenciones, se adoptaban en diversos lugares (Barcelona, Málaga, Jaén, Zaragoza,…), parece ser que ante el temor de un movimiento fascista, aunque también se detuvieran a algunos comunistas y anarquistas. Se reabren en Barcelona el 7 de agosto los centros tradicionalistas y diversos sindicatos clausurados desde el último supuesto complot, dirá El Diario de León, que informaba el 27 de julio de las numerosas detenciones de implicados en un complot fascista realizadas en Valencia y en Granada, donde entre los arrestados hay varios sacerdotes. En Jerez se detuvo a varios sindicalistas y derechistas, además de al director del Diario de Jerez. En Málaga también hay muchos izquierdistas detenidos y han sido clausurados los locales de la CNT y la FAI, y noticiaba el vespertino leonés el 31 que habían sido puestos en libertad la mayoría de los apresados hace unos días por un presunto complot fascista. A la media docena de elementos de aquella ideología que hay en Astorga “la policía no quiso hacerles el honor de detenerlos”, dicen desde el maragato semanario socialista El Combate, añadiendo que se hicieron varios registros (también en el domicilio de un clérigo, significado nacionalista), sin resultado alguno, dándolo mayor en la vecina ciudad de La Bañeza el de la vivienda del secretario de aquel Ayuntamiento, “un dignísimo funcionario de la República que tenía la desfachatez de figurar en todas las asociaciones piadosas creadas con el exclusivo fin de boicotear el régimen”.
El día 25 de junio había sido levemente herido al salir de un mitin tradicionalista en Zaragoza (de donde era natural y pasaba una temporada) Manuel Mollat (de 25 años), profesor del bañezano Colegio de Padres de Familia, auspiciado y mantenido por la asociación de igual nombre que en La Bañeza preside precisamente José Marcos de Segovia, y sería la apetencia y la línea carlista (asentada en Astorga y que ya transcurriría por las tramas bañezanas del complot de Sanjurjo y por las actividades eclesiales y los semanarios en los que implicados en aquél y en éste comparten tinta y pluma) más que la fascista (creemos) la que aquí pudiera haber urdido los hilos de aquel oscuro complot, incongruente tanto como los cargos que se les hacen a los detenidos, como resaltará al poco en una de sus secciones de El Adelanto don Ángel Riesco Carbajo (firmando K-Vernícola).
Desconocemos en qué lugar de detención se tuvo recluido a José Marcos de Segovia. En el transcurso de la suya, el 26 de julio, posiblemente en relación con la misma conjura, la Guardia Civil de Valderas y agentes de policía clausuraban en aquella villa el local de la derechista Juventud de Acción Cultural y detenían a los sacerdotes Nemesio García Pérez y Marcelino Macho García (presidente de la JAC), conducidos a la cárcel de Valencia de Don Juan y puestos como aquél a disposición de la DGS. El primero de los clérigos, capellán castrense retirado e impulsor en Valderas de la Falange cuando ésta se cree, sería víctima de un atentado el 31 de diciembre de aquel año 1933, tiroteado por tres izquierdistas que le hicieron 24 disparos, de los que le alcanzaron cuatro que le produjeron graves heridas (se libró de morir, se dijo, porque vestía alguna suerte de prenda protectora), una agresión en venganza por otra derechista anterior, en septiembre, en la que era herido un socialista y muerto el alcalde Gregorio Ruiz pocos días antes de su boda.
En el pleno del consistorio bañezano del 2 de agosto, cuando retoma en él su labor de secretario, José Marcos de Segovia da las “gracias a la Corporación por las gestiones realizadas en su obsequio con motivo de la detención gubernativa de que fue objeto entre los días 24 al 28 del mes de julio para que a la mayor brevedad cesase aquélla”. Manifiesta el alcalde Juan Espeso González su congratulación, a la que se suman los concejales Toribio González Prieto y Liberto Díez Pardo, porque aquel arresto concluyera prontamente, y manifiesta el edil Porfirio González Manjarín que “los de la minoría socialista no hicieron gestión alguna porque desconocían las causas de la detención”.
Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas -Valduerna, Valdería, Vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras de la provincia, de 1808 a 1936), recientemente publicado en Ediciones del Lobo Sapiens) por José Cabañas González. (Más información en www.jiminiegos36.com)