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La detención de don José Marcos de Segovia en julio de 1933 (y II)

● Ibañeza.es ►Lunes, 6 de abril de 2015 a las 9:11 Comentarios desactivados


Noventa de los principales elementos sospechosos permanecieron arrestados durante una o dos semanas, hasta que al fin la policía quedó convencida de que no existía el menor peligro de complot fascista. Todavía el 21 de agosto se ponía en libertad a Gonzalo Latorre, un redactor del diario monárquico La Nación (anterior órgano de la dictadura del general Primo de Rivera que comparte ahora las simpatías por la monarquía y la devoción al fallecido dictador con la atención al fascismo español que asoma de la mano de su hijo) detenido desde el 23 de julio en la cárcel Modelo madrileña por aquella supuesta conjura, y el día siguiente eran recogidos y retirados por la policía en la estación férrea de León los ejemplares de la publicación destinados a la ciudad.

En cuanto al periódico El Fascio (Haz Hispano se subtitula) que le hallan a José Marcos de Segovia, del mismo se había publicado un solo número el 16 de marzo de aquel año; suspendido y retirado el mismo día, sólo pudo venderse en un corto número de poblaciones, y los ejemplares que sobrevivieron a la prohibición, junto con hojas y pasquines en los que ya colaboraban José Antonio Primo de Rivera y Julio Ruiz de Alda, que llevaban un membrete o recuadro con las iniciales FE (Fascismo Español, coincidentes con las posteriores de Falange Española y con el nombre del semanario que esta publicaría al poco), y otras que las JONS y otros grupos que se denominaban fascistas extendían profusamente por Madrid y provincias, circularon entre militares retirados, terratenientes provinciales, y elementos upetistas fieles a la memoria del general y marqués de Estella y de antiguo ligados a su dictadura (como era el caso del secretario del Ayuntamiento de La Bañeza, director aquí antaño de su publicación más oficial que oficiosa La Opinión y entusiasta afiliado después –al menos a mediados de 1937- a la Falange fundada por su primogénito).

No terminaron entonces las maquinaciones antirrepublicanas, y así, en la tarde del 3 de noviembre de 1933, “ya en periodo electoral”, se realizará un registro policial, con nulos resultados, en tres casas de La Bañeza, “en los domicilios de personas por muchos conceptos dignas del mayor respeto y que gozan de la estimación pública”, Laureano Alonso Diez-Canseco, abogado y desde abril tesorero de la bañezana Juventud de Acción Popular, Salvador González Alonso, industrial, titular de la fábrica de pastas para sopa La Flor Bañezana, almacenista y representante de la patronal en el Jurado Mixto de Alimentación de León, y el también industrial José Cabello Fernández. El día 1 se había hecho otro muy minucioso en el santuario de la Virgen de Castrotierra, en el que, según el acta firmada por el párroco, dos policías, dos guardias civiles y dos testigos, “se inspeccionaron todos los locales y muebles y muy particularmente las bóvedas y techados”, también “sin resultado alguno para el fin que se perseguía”.

En cuanto a don José Marcos de Segovia, por muchos años considerado en La Bañeza “perejil de todas las salsas”, fueron, además de las citadas, algunas de ellas las siguientes: maurista, y después liberal de los de Pérez Crespo. Secretario del Ayuntamiento desde 1927. Concejal y teniente de alcalde en 1924. Diputado provincial, en 1925, en la dictadura primorriverista. Director de La Opinión en su primera época, desde 1924 a 1928, cuando el semanario bañezano era portavoz de la Unión Patriótica Nacional del dictador, de la que fue presidente local. Presidente del Patronato de Buenas Lecturas. Presidente de la Mutualidad Provincial de Secretarios en 1931, y colaborador después en la depuración franquista de los del Partido bañezano. Destacado partícipe en El Adelanto desde su fundación. Miembro a finales de 1932 de la Junta parroquial para el sostenimiento del Culto y Clero. Presidente de la Asociación Católica de Padres de Familia y director de su Colegio del mismo nombre en 1933. Leonesista en marzo de 1931 y falangista tradicionalista y de las JONS en julio de 1937. Censor y Jefe de Prensa del Partido Judicial en febrero de 1939, cometidos que ya había desempeñado anteriormente.

Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas -Valduerna, Valdería, Vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras de la provincia, de 1808 a 1936), recientemente publicado en Ediciones del Lobo Sapiens) por José Cabañas González. (Más información en www.jiminiegos36.com)

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