Felipe Alonso
La semana pasada se celebró la feria dedicada al turismo INTUR en Valladolid. Como viene siendo ya un clásico a la ciudad de La Bañeza ni está ni se le espera. Me parece escandaloso que una ciudad como la nuestra no tenga nada que decir en una Feria de Turismo. Es cierto que no tenemos un patrimonio como la ciudad de al lado, ni tenemos montaña, ni puerto de mar (una vieja promesa electoral), ni siquiera un balneario como el que en breve se abrirá en Santa María del Páramo, pero estarán de acuerdo conmigo, en que algo tendremos que ofrecer.
Cada ciudad, comarca, provincia o región acude a las Ferias de Turismo a ofrecer lo mejor de sí mismas, he visto y créanme las ofertas más insólitas que podamos imaginar. Pero a ella se acude con ilusión a echar el anzuelo esperando abrir un canal de ingresos que a ninguna ciudad le viene mal y aún menos en los tiempos que corren.
Pero La Bañeza no, aquí se vive en la inopia, esperando felizonamente que cuando se abran las puertas de esos museos que llevan años anunciando, se va a producir una lluvia de turistas, mitad leónidas mitad perseidas, sin haber realizado previamente promoción alguna.
Curiosamente La Bañeza tiene en común una cosa muy interesante con la ciudad de León. El personal encargado de llevar la promoción turística opta por hacerlo en lugares lejanos incluso recónditos, en el caso de León la responsable del área y su séquito viajaron a promocionar el turismo a lugares tan seductores como Nueva York o Australia, pero desdeña la promoción en Valladolid, a pesar de que en esta ciudad es mucho más fácil captar a posibles visitantes de la región que compartimos. Qué curioso verdad. También los responsables del área en nuestra ciudad optan por la promoción en Gennevilliers, al lado de París, pero en cambio dar a conocer la carrera de motos, la semana santa, los carnavales o la gastronomía de nuestra ciudad a potenciales visitantes en lugares geográficamente inmediatos carece de interés.
Ya ven, ni un folleto, ni un plano, ni publicidad alguna de dónde comer alubias o ancas de rana. Nada que ofrecer, nada que ver, nada que comer y nada que hacer. Y a pesar de todo de vez en cuando leemos un titular diciendo que ha subido el número de turistas que visitan nuestra ciudad.
