Un pendonero de Posada y Torre entra en la Plaza Mayor con la enseña y un niño sobre sus hombros.
Cientos de personas de más de una veintena de localidades leonesas, pero también alguna de Zamora y Palencia, han desfilado por La Bañeza este domingo con sus pendones y pendonetas en una jornada que se repite cada mes de julio desde hace seis años y en la que nuestra ciudad renueva el compromiso de hermanamiento con sus comarcas, homenajeando a sus gentes y a la tradición sin faltar en un solo momento la música popular y el buen ambiente entre los pendoneros.
Organizada por la Asociación Cultural Pendón de La Bañeza y el consistorio, la Fiesta de las Comarcas ha vuelto a suponer un gesto de agradecimiento a todas las localidades que invitan y acogen a los bañezanos a lo largo del año en distintos encuentros, donde la enseña verde y carmesí ondea junto a los paños de otros lugares, en su mayoría de nuestra comarca, aunque también hubo representaciones maragatas (Santa Catalina de Somoza), cepedanas (Sopeña y Fontoria), incluso de Zamora (Rosinos de Vidriales) y Palencia (Poza de la Vega), además de otros puntos de León como Calzada del Coto o Almanza.
La comitiva abierta por La Bañeza como anfitriones, seguidos de la cofradía de la Santa Vera Cruz, fue completada con Los Bodegueros (los “pendoneros sin pueblo”), y las enseñas de Alija del Infantado, Genestacio y Quintana del Marco, entre otros pueblos del Jamuz (Jiménez, Santa Elena, Villanueva, y Quintana y Congosto), de la Valduerna (Palacios, Posada y Torre), de la Vega (Celada, San Román, San Justo, Carral, Toralino o Huerga de Garaballes) y de la Valdería (Torneros, Castrocalbón y Calzada), algunos de los cuales asistían por primera vez a la fiesta.
En la cita no faltaron unos cuantos niños que empiezan a aficionarse en la destreza que supone pujar a lo largo de un desfile que repitió el recorrido de años anteriores atravesando la carretera Madrid-Coruña para llegar a la Plaza Mayor y desde allí subir hasta el Jardinillo para degustar una paella al aire libre. Entre tanto la música popular de los grupos que habitualmente acompañan a los pendoneros ambientaron el recorrido cuyo momento más emocionante volvió a ser la entrada de los paños en la Plaza Mayor, con los pendoneros demostrando su habilidad pujando la vara con una sola mano, con un niño agarrado a la madera y sobre los hombros del pujador, de rodillas o incluso con dos pendones juntos.
Lo cierto es que cada año veo menos gente y es una lástima