El jueves 6 de febrero a las 20:30 en los salones parroquiales de la iglesia de Santa María comienzan los cursos Alpha en La Bañeza. Se trata de una iniciativa de Nueva Evangelización que pretende crear -en torno a una cena- un espacio adecuado y agradable donde en un clima de confianza y total libertad los invitados a la cena puedan expresar y formular las preguntas de su vida, “esas preguntas que solemos llamar existenciales”, según explican fuentes del Obispado de Astorga.
Las mismas fuentes señalan que el curso Alpha “quiere ser un espacio donde, explorando las preguntas de la vida, se pueda proponer la respuesta cristiana; no se trata de convencer, sino de proponer a Jesús, el Evangelio, la Buena Noticia de Dios para los hombres” y que este proyecto es en nuestra Diócesis “una aportación, humilde, modesta, a la gran tarea de la evangelización, cuyo principal protagonista es el Espíritu Santo”.
El curso Alpha pretende ser un lugar de encuentro con Jesús para todos aquellos que viven una fe en la que la rutina no establece una relación viva con Jesucristo, para aquellos que no tienen una pertenencia cordial a la Iglesia y ya no experimentan el consuelo de la fe, y finalmente para aquellos que no conocen vivencialmente a Jesucristo o lo han rechazado. Además del encuentro de La Bañeza, en Astorga se celebrarán el miércoles 5 en el Seminario y en Ponferrada el viernes 7 en los salones parroquiales del Buen Pastor.
preguntas existenciales?? ya claro, porque si hacemos las terrenales y las que realmente interesan seguro que no las contestan.
A ver si modernizan esta institución en la que están haciendo que creamos menos cada día. Y que dejen de poner cursillos para todo, porque nos echan para atrás en muchas cosas
Josefina, si me lo permite, y desde el más absoluto respeto, le indico que la Conferencia Episcopal Española, como cualquier otra, no tiene nionguna potestad sancionadora en el caso que usted refiere.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que a la pregunta de si incurren en el delito de aborto los diputados, congresistas o legisladores que den su voto a una ley que aprueba o amplía el aborto en un Estado, la Iglesia ha contestado que para responder a esta cuestión se debe tener en cuenta que -aun siendo muy grave su conducta- de su actuación no se deriva necesariamente la comisión de un aborto. Ciertamente si no se hubiera aprobado la ley se habrían evitado muchos abortos, pero no hay una relación de causa y efecto directa. Por lo que se debe entender que no incurre en el delito de aborto. Esta interpretación coincide con la de la Carta “Dignidad para recibir la Sagrada Comunión. Principios Generales” enviada por el Cardenal Ratzinger, entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, a Obispos de Estados Unidos en junio de 2004. En ella se indica que se debe negar la comunión eucarística a los políticos que autorizan o promueven leyes de aborto o eutanasia; y entre los argumentos no se dice que incurren en excomunión latae sententiae, el cual debería incluirse en primer lugar en caso de ser así. Por lo que sensu contrario se debe concluir que no incurren en excomunión: más aún, se cita la excomunión como causa para negar la comunión eucarística a un fiel, sin aplicarla a este supuesto.
Por otro lado, se debe tener en cuenta que el Magisterio de la Iglesia considera legítimo que un parlamentario o un político, bajo ciertas condiciones, promueva leyes de aborto más restrictivas que las vigentes:
“Un problema concreto de conciencia podría darse en los casos en que un voto parlamentario resultase determinante para favorecer una ley más restrictiva, es decir, dirigida a restringir el número de abortos autorizados, como alternativa a otra ley más permisiva ya en vigor o en fase de votación. No son raros semejantes casos. En efecto, se constata el dato de que mientras en algunas partes del mundo continúan las campañas para la introducción de leyes a favor del aborto, apoyadas no pocas veces por poderosos organismos internacionales, en otras Naciones —particularmente aquéllas que han tenido ya la experiencia amarga de tales legislaciones permisivas— van apareciendo señales de revisión. En el caso expuesto, cuando no sea posible evitar o abrogar completamente una ley abortista, un parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea clara y notoria a todos, puede lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley y disminuir así los efectos negativos en el ámbito de la cultura y de la moralidad pública. En efecto, obrando de este modo no se presta una colaboración ilícita a una ley injusta; antes bien se realiza un intento legítimo y obligado de limitar sus aspectos inicuos” (Juan Pablo II, Carta Encíclica Evangelium Vitae, n. 73).
Deseo hacer una “pregunta existencial” al Sr. Obispo de Astorga.
DON CAMILO: ¿Porqué la Conferencia Episcopal, EX-CULPÓ al Jefe del Estado de haber “LEGALIZADO” con su firma, la macabra Ley del Aborto cuando lo correcto hubiera sido el DECRETAR su “EX-COMUNIÓN”?.
El DIOS DINERO, creo que es la respuesta acertada. Hay miedo a perder subvenciones y el porcentaje del I.R.P.F.
Que Dios nos perdone.