Aunque es pronto para hacer una evaluación completa porque la implantación de la receta electrónica es muy reciente y ha sido progresiva, desigual en zonas urbanas y rurales y no siempre utilizada, la Consejería de Sanidad ya constata el efecto principal esperado, el de la reducción de la frecuentación de las visitas al médico o el enfermero.
Así, según una primera evaluación, las zonas básicas de salud con un porcentaje de recetas electrónicas superior al 55% presentan una reducción de frecuentación del 13%. Aquellas que están entre el 20% y el 55%, muestran una reducción de visitas al centro de salud del 5,5%, según los datos de Sacyl. Unos datos que previsiblemente mejorarán conforme de incrementen los porcentajes para lograr un objetivo último esperado de un descenso del 30%.
La Consejería continuará con esta contabilidad y comparación con ejercicios anteriores pero será al menos un año completo el que permita hablar de resultados más claros y contundentes. La implantación es completa, con la excepción, claro, de los imposibles, es decir, de los consultorios de los 3.675 pueblos que carecen de conexión por internet.
Una vez que Sacyl retomó el proyecto, hace poco más de un año, que se retrasó diez ejercicios y en el que está a la cola de España, ha cumplido plazos y lo ha hecho sin incidencias importantes en diez meses y con cierta continuidad; aunque los problemas hasta su consolidación son inevitables y la satisfacción entre médicos y pacientes es incompleta.
El objetivo, por lo tanto, de bajar el número de citas en AtenciónPrimaria comienza a ser una realidad y junto a él, el de reducir molestias y visitas innecesarias para el usuario de la sanidad pública. La implantación mejorará y simplificará el acceso a la prestación farmacéutica; ya que el paciente no tiene que acudir cada vez a su centro de salud cuando finalice el envase recetado. En tratamientos instaurados tendrá acceso al medicamento acudiendo directamente a la farmacia, según la pauta establecida por el médico, algo muy relevante en pacientes crónicos. Además, este sistema «mejorará la información del paciente respecto a sus tratamientos, mediante la entrega y utilización de la denominada hoja de tratamiento, lo que disminuirá la posibilidad de errores y fomentará el cumplimiento terapéutico de la prescripción, es decir, que no se abandone antes de tiempo, así como la seguridad en su uso», concretan fuentes de Sacyl.
Mejorará la calidad asistencial al ampliar el tiempo empleado por los profesionales, tanto médicos como enfermeros y farmacéuticos, en actividades clínicas y asistenciales.
Además, la receta electrónica potenciará la coordinación entre los agentes de salud para ofrecer una atención integral al paciente. El nuevo sistema cuenta con canales de comunicación entre el médico y el farmacéutico, mediante mensajería dentro del mismo. Además, el farmacéutico tendrá acceso al tratamiento completo del paciente y no solo a aquellos medicamentos a dispensar de forma puntual, como ocurría hasta ahora. Todos estos retos, más difíciles de cuantificar, forman también parte de las mejoras esperadas.