Castilla y León registró un saldo migratorio negativo de 12.066 habitantes en 2013 (-8.721 el año anterior), provocado en gran parte por la salida de ciudadanos españoles hacia otras comunidades autónomas, 8.355, pero en el que ha tenido un peso importante el éxodo hacia otros países, con 3.711 personas menos, frente a las 726 del año 2012. La Estadística de Variaciones Residenciales del INE señala que el saldo en el conjunto del país también fue negativo, con 111.153 personas que decidieron salir del país.
En total, 80.319 llegaron a la Comunidad en 2013, de los que 61.384 eran españoles y 18.935 extranjeros. Nueve de cada diez, 72.168 personas, modificaron su residencia procedentes de otras regiones, de los que casi la mitad contaba con entre 25 y 44 años. Mientras, 8.151 lo hicieron desde otros países, el 86 por ciento de nacionalidad extranjera.
Los 80.319 que llegaron no compensaron las bajas de los 92.385 que salieron (69.232 españoles y el resto foráneos). De ellos, 80.523 prefirieron un cambio de residencia hacia otra comunidad autónoma, mientras que 11.862 lo hicieron con destino a otros países, el 77,8 por ciento extranjeros, lo que refleja una vuelta a sus lugares de origen de muchos inmigrantes o la búsqueda de oportunidades en otros estados. Además, una cuarta parte de los que abandonaron la Comunidad contaban el pasado año con entre 25 y 34 años.
La información facilitada también pone de manifiesto que en 2013, dentro de la Comunidad, se produjo un movimiento interprovincial de personas, 46.726 personas. El saldo migratorio total fue negativo en las nueve provincias. Destaca el caso de Burgos, con 3.061 personas menos. Entre el resto, Segovia, perdió 1.705 habitantes; Salamanca y León, con 1.469 y 1.458 menos, respectivamente; Valladolid, con 1.350 menos; Ávila, con 1.103; Zamora, 928 personas; Palencia, 541; y Soria, 451 menos.
