Silencio para la Amargura. Después del bullicio del mediodía con el Santo Potajero, esta noche ha sido el turno para la cofradía de Jesús Nazareno, que organizó la procesión del Silencio con la Virgen de la Amargura como única protagonista.
Bajo palio y sobre los hombros de un centenar de hermanos, la talla de los años cuarenta de Navarro Santafé volvió a ser el centro de todas las miradas a lo largo y ancho de un recorrido que salió de la iglesia de Santa María para volver a la capilla de Juan de Mansilla después de recorrer el Paseo de los Frailes y la zona de Angustias. Los cofrades, con capillo blanco, realzaron la belleza de la talla.
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