José Cruz Cabo
Pocas veces hemos asistido a un espectáculo de tal categoría como el que nos trajeron el pasado sábado y el domingo Faseo y Lobo producciones a nuestro Teatro Municipal, con el maravilloso “Homenaje a Antonio Molina”, que fue uno de los mejores que hemos presenciado en nuestro teatro y han sido muchos a lo largo de nuestra vida, entre ellos a “Los Vieneses” de Franz y Joan.
El maravilloso espectáculo comenzó con la salida del hijo del famosísimo cantante de los años cuarenta y cincuenta, Miki Molina, para explicarnos el motivo de haber conseguido montar esta compañía que está recorriendo los teatros de España con enorme éxito de público y después, con la pequeña orquesta dirigida por Francisco Ramos al piano, con un bandoneón, percusión y guitarra, todos ellos músicos de gran categoría musical, salió el cantante, la gran figura del espectáculo, Rafael Garcel, quien nos hizo revivir las canciones más importantes del gran Molina, con su voz inigualable, que cerrabas los ojos y era Antonio Molina el que estaba cantando, tal era su aproximación a la voz y los registros canoros de aquel gran cantante malagueño.
La simpatía de Rafa Garcel además de su impresionante voz, los bailes de dos magníficas bailarinas, junto con la maravilla audiovisual del escenario de José Luis Damas y la coreografía y ballet de Lola González, además de la maravilla de los músicos, todos grandes solistas, nos hicieron revivir unas canciones y una época ya pasadas, pero que fue un hito histórico en su tiempo, ya que Molina fue un ídolo, no solo en España, sino en toda hispanoamérica. Volver a rememorar canciones como María de los Remedios, Yo quiero ser matador, La hija de Juan Simón, Adiós España, De contrabando, Estudiantina Madrileña, Angela del alma mía, dedicada a su esposa, Soy minero o El agua del avellano, enardecieron al público que llenaba algo más de la mitad del aforo del teatro fue el delirio de los espectadores que se entregaron a Rafa Garcel y su asombrosa voz, emocionados y deseosos de que aquel derroche de arte no acabara.
Al final hubo enormes aplausos para la magnífica orquesta, para las bailarinas, para Miki Molina y sobre todo para la maravilla de la canción como es Rafael Garcel, que además, al decir Miki que era el cumpleaños del cantante, el público puesto en pie, le cantó feliz cumpleaños y no dejó de aplaudir hasta que todos los intervinientes en este grandioso espectáculo teatral, no dejaron el escenario. La verdad es que pocas veces, se puede presenciar una actuación teatral de este calibre. Gracias Miki por realizar este espectáculo y felicitaciones al Ayuntamiento por traernos este derroche de arte, música y canciones.
