Después de dos años sin poder celebrar su fiesta con todos los honores, ni en el 2021 y ni en el 2022, la Cofradía Penitencial de las Águedas de La Bañeza volvió a llenar este domingo de colorido, de música y de juerga las calles de la ciudad coincidiendo con la festividad litúrgica de la mártir abogada contra el cáncer de mama. Una jornada en la que «tras dos años paradas, volvemos a las andadas» para arrebatar al regidor el bastón de mando y nombrar a la concejala Carmen Macho como Águeda de Honor.
En su discurso como homenajeada por parte de la Cofradía de las Águedas, la concejala de Fiestas, juventud y servicios sociales desveló que «uno de los deseos» que le rondaba cada 5 de febrero se ha cumplido este año. Es el de «querer ser una de ellas» al ver a las féminas celebrar su fiesta, y demostrar que «cada abalorio de nuestra indumentaria es un libro de historia que cuenta de dónde venimos y hacia dónde vamos».
Macho pidió a las hermanas de Santa Águeda «seguir siendo abanderadas de lo nuestro» tras recordar la importancia de las mujeres en su familia. «He podido ver con qué pasión celebráis esta fiesta y llevo con honor y orgullo el haberme elegido este día para acompañaros», dijo, antes de que María José Vivas, en su cargo de Águeda Mayor, aprovechara para agradecer al Ayuntamiento de La Bañeza el disponer de un local para llevar a cabo sus actividades.
En forma de verso, la presidenta de la hermandad recordó que «las baldosas de varias calles están mal fijadas al suelo» y pidió «que vuelva nuestro cine para poder disfrutar». Dentro de las recomendaciones al alcalde también recordó que «los concejales de Ciudadanos le han quitado su apoyo, y si necesita compañía, llame a la cofradía…» ironizó antes de pedir el aguinaldo y el bastón de mando.
Tras la entrega del bastón de mando, como manda la tradición, Javier Carrera matizó que «las mujeres habéis sido el motor de esta tierra; tenéis más razón que un santo y no os puedo negar el bastón», dijo. El canto del Himno a La Bañeza puso el punto final al acto institucional en el consistorio, antes de bajar a la Plaza Mayor a bailar unas jotas y continuar hacia la iglesia parroquial de El Salvador, a la que pertenece la cofradía penitencial, para sacar en procesión la talla de Santa Águeda y participar en la celebración de la eucaristía.
Después de los actos religiosos, comida de hermandad, bailes de nuevo en la plaza con invitación de una pasta a cuantos pasaron por allí, y fin de fiesta en La Harinera con la ilusión de haber podido juntarse de nuevo para celebrar, como cada 5 de febrero, a Santa Águeda.
El acto institucional en el consistorio terminó con la entrega del bastón de mando a las féminas.
