S. Gallo
Los aficionados al mundo de la micología continúan mirando al cielo a la espera de las ansiadas lluvias que permitan “salvar” una campaña micológica, en un primer momento “dura” y poco esperanzadora en cuando a cantidad de hongos en los bosques, pinares y praderas de la provincia de León, pero que con las lluvias de los últimos días permite recuperar cierto optimismo de cara a los próximos meses.
El agua recogida hasta el momento no es “suficiente” para hablar de una buena campaña de setas, si bien el momento de recogida del hongo dependerá “de la humedad que haya”. De esta manera, si se cumplen las predicciones y continúa lloviendo en los próximos días, además de que se registre luego “el tiempo adecuado”, con temperaturas relativamente suaves y, sobre todo, con la ausencia de heladas nocturnas, sería posible esperar una buena temporada.
El presidente de la Asociación Micológica ‘San Jorge’, Julián Cerezal, reconoce que todo está todavía “un poco en el aire” y a la espera del tiempo y, además de las lluvias, también de la temperatura que se registre. Sin embargo, recuerda que su experiencia le permite hablar de un buen año de níscalos, entre otras especies, cuando llueve de manera abundante a mediados de septiembre “durante varios días” y luego “templa”, de manera que “si todo viene normal” se podría producir una “eclosión micológica” y recolectar un buen número de setas.
Los meses de otoño son los que, por antonomasia, se considera la mejor época para la recogida de setas, si bien éstas, en sus distintas especies y variedades, pueden recolectarse prácticamente todo el año. Pero a partir de octubre es cuando pueden localizarse una serie de amanitas, los boletus en sus diferentes variedades, los lactarius deliciosus, más conocidos como los níscalos… y otras especies “susceptibles de brotar” en los bosques de la comunidad.
En cuanto a la recogida en sí por parte de los cientos de aficionados en los montes de la provincia de León, desde la asociación se recuerda que León es una provincia de la comunidad que no participa en un consorcio autonómico para ser acotado de setas, si bien se matiza que también en esta provincia existen zonas con coto, aunque en este caso promovido por particulares o por algunas juntas vecinales que ven en el aprovechamiento micológico un importante recurso económico.
Y mientras tanto, y al margen de la propia recogida de los hongos, se organizan actividades paralelas aprovechando la temporada alta de la campaña. Uno de los actos centrales organizados por la asociación ‘San Jorge’ será la ya tradicional semana micológica, que en esta ocasión se celebrará entre los días 4 y 10 de noviembre en el hostal de San Marcos de la capital leonesa, con la celebración de conferencias, recogida de setas y exposición de los ejemplares recolectados.
¿Es que quedará al final alguna cosa en la que los políticos no metan la “pata” destruyendo la libertad de todos los demás, con todo tipo de ordenanzas y regulaciones?
Lo verdaderamente interesante es que cuando esto ocurre, las razones que esgrimen son, en teoría, tan lógicas, que convencen; pero, al aplicarlas, en la práctica, se descubre que sólo sirvieron para beneficiar a unos pocos en detrimento del resto de los que anteriormente disfrutaban de cualquiera de ellas, antes sin regular.
En mis largos años ya de existencia he practicado algunas de estas aficiones: pesca, caza, recolecciones de hierbas: olorosas, medicinales, sazonadoras, etc. y, todo ello, con unas reglas que me imponía a mi mismo para que las especies que recogía no quedaran perjudicadas y pudiera volver a obtenerlas en próximas ocasiones. Comenzaron los políticos, como digo, a regularlas y, que casualidad, las especies que regularon comenzaron a desaparecer, conservándose en mejores condiciones las no reguladas. Que algunos tomen nota de ello y que cuando, como ahora al parecer pretenden, quieran regular la recogida de hongos, que hagan (hagamos) toda la presión posible para que ello no llegue a ocurrir.
Les damos efectivamente la facultad de que en nuestro nombre dicten ordenanzas y leyes mas, cuando ellas más que beneficiar perjudican a una mayoría en beneficio de unos pocos, todos debemos, como digo antes, hacer la máxima presión para que no lo lleven a efecto; sea ello cual fuere.