Tal y como manda la tradición, el lunes siguiente a la festividad litúrgica del mártir, los cofrades de San Blas de La Bañeza han celebrado su fiesta anual en honor del protector a quien infinidad de fieles han encomendado históricamente la curación de los males de la garganta por medio de las ‘cerillas’ o candelas, que también fueron bendecidas en el transcurso de una eucaristía oficiada en la iglesia de Santa María y repartidas antes de finalizar la ceremonia religiosa.
Después de la procesión con la talla del santo por el centro de La Bañeza, un recorrido amenizado con música de dulzaina, en la misa presidida por el párroco de El Salvador y consiliario de la cofradía, Arturo Cabo, y concelebrada por varios sacerdotes, se recordó a los hermanos de la cofradía de San Blas que han fallecido y las virtudes de este mártir por cuya intercesión pidieron los cofrades protección para la voz.
Además de la celebración religiosa tras la novena que ha venido celebrándose desde el 31 de enero y de una comida de hermandad que compartieron los cofrades, el domingo Segismundo Aguado entregó el cetro de esta cofradía con siglos de historia a Eugenio Blanco, quien no pudo estar presente en la celebración por el fallecimiento de un familiar.