El primero de diciembre de 1931 se crea la agrupación de Acción Agraria Leonesa (un nuevo partido surgido de la unión de la previa Acción Nacional formada en León con otros elementos agrarios de la capital. También se forma Acción Femenina Leonesa, “para ayudar a Acción Nacional y para fundirse en ella, aunque autonómicamente” (sic).
Comenzaban a primeros de enero de 1932 los actos de propaganda de Acción Agraria Leonesa (“agrupación de las legítimas derechas leonesas tanto tiempo esperada y que recoge los sentimientos y las aspiraciones de los labradores, desde sus intereses de clase hasta sus ideales católicos”), continuación de los anteriores de Acción Nacional. Se desarrollan mítines en San Justo y San Román de la Vega y Estébanez de la Calzada por propagandistas llegados de Astorga y de León que dejaron allí constituidos comités de la nueva formación. En las mismas fechas celebraba otro acto en Astorga la recién constituida Acción Femenina Leonesa, que se organizaba también en las cabeceras de partidos judiciales y otros pueblos, seguido del habido en el Teatro Seoanez de La Bañeza, exitoso y que dejó formada la junta local de aquel “movimiento que no se oponía al régimen, sino que pretendía hacerlo amable infiltrándole la savia del cristianismo” (según su presidenta provincial, la señorita Francisca Bohigas Gavilanes), integrada por las señoras Ninfa Díez-Canseco de Alonso, Carmen Vigal Tinajas de Pérez Arias, Anita Sors (viuda de Alonso), Elvira Castrillo, Felisa López de Fernández, Teresa Valcarcel de Ramos, Joaquina Ares de Ares, Francisca Castro de Mantecón, Josefina Fernández de Mata (viuda de Felipe de Mata Rodríguez), Celia Miguélez de F. Mata, María Pérez de Seoanez, y Encarnación Hernández (viuda de Zavaleta). Algunas de ellas estaban desposadas con varios de los mayores contribuyentes de 1931 y de años anteriores.
El 17 de febrero de 1932 una manifestación de mujeres de todas las clases sociales y edades (dice La Opinión del día 22) recorrió ordenada y respetuosamente algunas calles de La Bañeza para entregar al alcalde y al presidente del Consejo local de Primera Enseñanza (para que lo hicieran llegar al ministro del ramo) un escrito firmado por más de 500 personas solicitando la apertura de los colegios privados recién clausurados (aquellos cuyos regentes carecían de titulación académica para enseñar, los de Santa Teresita, de Catalina Acebes, e Historiador Ferreras, de Herminio Berciano, y quizá también el del Sagrado Corazón, de Justo García, a pesar de que la Corporación municipal había interesado que no se clausuraran), dada la insuficiencia de centros oficiales para la población escolar bañezana, y que “fuera repuesta en las escuelas la imagen de Jesús Crucificado”. El acto de protesta (“exacerbado en algo debido a la imprudente intromisión de otro señor”) se había organizado, desde la reunión en el Teatro Seoanez, por la Junta local de Acción Femenina Leonesa y “una comisión especial de señoras contra la retirada del crucifijo de las escuelas nacionales y el propósito que parece haberse iniciado de impedir la asistencia de niños a las escuelas de las Carmelitas”, según lo narraría Marcos de Segovia en 1957 citando lo noticiado por El Diario de León, y aunque ni antes ni después llegó en ningún momento a cerrarse aquel colegio.
Se celebran los días 1 y 2 de abril de 1932 en León conferencias de Acción Agraria Leonesa, sobre “La verdadera tradición española” y “Reforma agraria”, a las que “no se admiten mujeres ni menores de 18 años”. A los actos de Acción Femenina Leonesa (como el de Boñar del día 4 del mismo mes) no permiten la entrada de hombres. El 13 de junio de 1932 daba Acción Femenina Leonesa una conferencia en Destriana, organizada por el comité de La Bañeza. El día 5 de noviembre de aquel año imparte Gil Robles dos conferencias en León, una en el acto de Acción Femenina Leonesa y la otra en el de Acción Agraria Leonesa. El domingo día 6 visitaba Astorga y desde allí se desplaza a La Bañeza, “donde celebró una reunión con las personas de más relieve, que se ofrecieron a trabajar decididamente en armonía con los postulados que él defiende”.
El 1 de enero de 1933, domingo, la sección bañezana de Acción Femenina Leonesa celebraba un acto cultural en el Teatro Seoanez, lleno de mujeres y de niños, con motivo del aniversario de su fundación. Participaron la presidenta del comité local, Ninfa Díez-Canseco, y quienes habían colaborado a organizarlo: Pilar Fernández (tal vez se tratara de Pilar Fernández Casado, que con 18 años había sido Reina de la Belleza en el concurso celebrado por la bañezana revista Azul en septiembre de 1920), Pilarina Fernández Hernández (otra de las responsables de primera fila, integrante del comité local -como su tía Encarnación Hernández- y hermana de Agustín, jesuita que cantaría misa en el verano en Entrerríos –Portugal-, consecuencia de haber sido aquella Orden expulsada, y que figura en la placa de los “Caídos por Dios y por España” de la Iglesia de Santa María, “fusilado por los rojos en Jove –Gijón-”, Pacita Manjón, Severina Ruiz Duviz, y Conchita Alonso Alonso (que ensalza en su discurso el principio de autoridad, la religión, el orden y la disciplina, la familia y el trabajo). Actúa un coro de niños y otro de señoritas (que cantan a la mantilla española), y la presidenta provincial (señorita Bohigas Gavilanes) llama a realizar también aquí la acción social cristiana, y a los jóvenes bañezanos a constituirse como parte del movimiento de la Juventud Católica Española para luchar por los ideales religiosos y la patria. Hubo al finalizar el acto 100 nuevas inscripciones de mujeres en la formación, que cuenta ya en la ciudad con 400 y, según dirá en su crónica El Diario de León, con más de 14.000 asociadas en la provincia, 4.000 de ellas en el partido judicial bañezano (2.900, y 13.000 afiliadas provinciales, según El Adelanto; con frecuencia inflaban su afiliación las organizaciones de derechas, y seguramente hacían lo mismo las de izquierdas).
Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas -Valduerna, Valdería, Vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras de la provincia, de 1808 a 1936), recientemente publicado en Ediciones del Lobo Sapiens) por José Cabañas González. (Más información en www.jiminiegos36.com)