El puente construido sobre un río Eria más caudaloso que en años anteriores volvió este sábado a ser el principal escenario del paso de la procesión con la reliquia de San Jorge hasta su ermita, una tradición que convierte a San Esteban de Nogales en el centro festivo de la comarca de la Valdería durante todo el fin de semana.
Desde la plaza de la iglesia parroquial, de donde sale la comitiva, hasta el pequeño templo enclavado en pleno monte, la reliquia de San Jorge, la Virgen del Rosario y el pendón de la localidad fueron recibiendo los honores del Cristo crucificado, una tradición que data de tiempos remotos.
Como manda la costumbre, al llegar a la ermita, y antes de la celebración religiosa concelebrada por varios sacerdotes de la comarca, el desfile procesional dio las vueltas de rigor al templo como parte de la tradición que recuerda la lucha de San Jorge para derrotar al dragón.