El efecto de las tormentas caídas en León a lo largo de estos últimos días han dejado los primeros daños en el campo leonés, donde en algunos han caído hasta 70 litros, mientras que la incidencia del granizo ha sido mínima y los cultivos no han sufrido daños reseñables, pero sí ha sido necesario suspender el riego en varias zonas.
Sin embargo, la lluvia ha provocado que en algunos puntos de riego, como la margen izquierda del Porma, haya obligado a detener los regadíos automatizados. El lunes, previsiblemente, se volverán a reanudar, una vez que la tierra asuma toda el agua caída.
Esta medida se ha tomado en los sectores dos, tres y cuatro de la margen izquierda del Páramo, donde se ha tomado la medida de “quitar el agua”, tal y como ha explicado el responsable de la organización agraria Ugal-Upa, Matías Llorente. No obstante, ese exceso de agua puede tener algún efecto negativo en las plantaciones de girasol y alubia, algo de lo que los agricultores están pendientes en los albores de la campaña.