P.J. Abajo
La Vía de la Plata a su paso por La Bañeza cuenta desde ayer con un nuevo hito en el camino; en concreto es un libro abierto, realizado en granito y colocado sobre un pedestal, que indicará a los peregrinos y turistas que pasen por la ciudad no sólo la ruta que une Mérida y Astorga, sino un camino más hacia Santiago y otro tramo de la histórica Cañada Real.
Dentro de la fiesta del Peregrino que organiza anualmente Monte Urba, y como continuidad a ese plan iniciado hace unos años de poner en marcha nuevas esculturas para el ornato de la ciudad o señalizaciones de la Vía de la Plata, la marcha desde la plaza Mayor hasta el refugio se inició ayer con una inauguración inesperada, la del libro de los caminos.
Con la inscripción ‘La Bañeza, Vía de la Plata, Camino de Santiago y Cañada Real’, junto al pequeño jardín de la plaza Mayor, al lado de la estatua de Conrado y las tres fuentes, Monte Urba decidió colocar allí este hito donado por el empresario local José Castaño como continuación del empeño de la organización por “impulsar la tradición jacobea a la ciudad”.
Así, esta escultura se une a la estatua de Santiago Peregrino, a la Cruz situada junto a la iglesia del Salvador, a la recuperación del embarcadero de la estación, o al miliario de la calle Santa Lucía, emblemas jacobeos o relacionados con el trazado histórico de la Vía de la Plata que fueron inaugurados en algunas fiestas del Peregrino anteriores.
Después de la inauguración del monumento, la marcha partió hacia el refugio de peregrinos en una comitiva encabezada por el pendón de la ciudad y las banderas de Monte Urba y de la Asociación de Amigos del Camino de Avilés (Asturias), organización de la que acudieron a la fiesta de La Bañeza más de cien personas.
A lo largo del trayecto se produjeron varias intervenciones poéticas, musicales y folclóricas, coincidiendo con varios de los hitos jacobeos dispersos por la ciudad. Una vez en el refugio, el párroco del Salvador y presidente de Monte Urba, Arturo Cabo, ofició una eucaristía con la que se puso punto final a una semana dedicada tanto a los peregrinos como a las tradiciones bañezanas.
Don Arturo y el alcalde descubren el nuevo monumento en la plaza Mayor.
