El policía Alberto Vilalta se dirige a los estudiantes del IES Vía de la Plata durante los talleres de prevención y divulgación.
P.J. Abajo
«Vosotros habéis nacido con un iPad o un smartphone debajo del brazo, pero a muchos de vuestros padres algunos aspectos de la tecnología actual, que no es nueva pero sí desconocida en algunos casos, les suena como algo raro y ahí está el verdadero peligro si no se toman las medidas adecuadas». Con estas palabras, cara a cara, sin tapujos y conectando desde el primer minuto con los jóvenes, el policía Alberto Vilalta está durante estos días recorriendo varios centros educativos de La Bañeza para abordar con los estudiantes una de las problemáticas «crecientes» a las que la Policía Local y la Guardia Civil se están enfrentando cada día: las denuncias por casos de acoso o violencia de género que tienen como protagonistas la red o los teléfonos móviles.
Organizados por la Concejalía de Igualdad dentro de las VIII Jornadas contra la violencia hacia la mujer, los talleres de divulgación y prevención llevados a cabo en los dos institutos y en el colegio Nuestra Señora del Carmen son «una actividad más en lo que trabaja la Policía Local de La Bañeza, para los que sólo pensáis que andamos por ahí controlando y poniendo multas», tal y como recordó este jueves el agente Vilalta en su intervención en el IES Vía de la Plata, en la que por medio de una serie de recursos audiovisuales repasó los factores de riesgo en el ciberacoso o el ‘sexting’ (envío de material erótico a través de los móviles) y alertó a los jóvenes de evitar algunos patrones de conducta «para no caer en el peligro».
Ejemplos como la «narrativa confusa» para referirse a algunas actuaciones en el ámbito social, los valores ‘tradicionales’ a erradicar, la pertenencia al grupo, el desconocimiento, los chantajes o los comportamientos equivocados en redes sociales o en aplicaciones como WhatsApp son entre los adolescentes algunos de los factores que influyen en que cada vez se estén registrando en La Bañeza más denuncias por unos casos que «aunque el maltratador también tiene herramientas tecnológicas a su alcance, con sentido común y prevención son fáciles de evitar» explica Vilalta.
