El hecho de que Azucarera partiera en dos la campaña de la planta de La Bañeza, cuya segunda parte comenzó la pasada semana, ha propiciado que los rendimientos sean superiores a los estimados inicialmente. Desde el día 15 entran en la industria en torno a 4.500 toneladas diarias que están dando rendimientos superiores a los de la primera parte, llegan a los 18,5º de polarización, dos puntos más que la media anterior y se mantiene un descuento en torno al 8,5%.
Según el coordinador de UGAL-UPA, Matías Llorente, a estas alturas “se ha arrancado en torno al 40% y la próxima semana se llegará al 100%”. En total unas 180.000 toneladas de remolacha en una campaña que se clausurará alrededor del 4 de abril debido a las intensas lluvias de la primavera pasada que provocaron problemas a la hora de sembrar la remolacha y han retrasado la campaña.
Aunque no hay rendimientos por hectárea, Llorente calcula que son superiores a la campaña de diciembre, sobre “20 toneladas más por hectárea”, a pesar de que ha habido un inverno que “no ha sido favorable” porque no ha llovido. Actualmente, la remolacha que se está sacando se encuentra con problemas opuestos, mientras que en la zona de Los Payuelos el agua impide entrar a las máquinas en algunas fincas, en las vegas ocurre todo lo contrario “haría falta lluvia porque el terreno está duro, la remolacha sale seca y alguna se parte”. A pesar de todo “los datos son bastante positivos respecto a la anterior”.
La fábrica de La Bañeza, que cerró el primer periodo de molturación el pasado 13 de diciembre con 230.271 toneladas de remolacha aforadas, cuenta actualmente con una plantilla de entre 230 y 240 personas, según explica el presidente del Comité de Empresa, Francisco Fernández (UGT) entre fijos, fijos-discontinuos y eventuales, a los que habría que sumar las empresas subcontratadas.
Entrada de la Azucarera por su acceso principal.
Sube el rendimiento pero también suben, y mucho, esos olores nauseabundos que parecen ser el sello de calidad de La Bañeza estos días.