El presidente provincial saluda a un residente, en compañía de la directora del centro asistencial.
La fiesta anual del centro asistencial para dependientes Nuestra Señora del Valle, en La Bañeza, ha sido este domingo el escenario escogido por Juan Martínez Majo para iniciar su mandato como presidente de la Diputación de León, comprometiendo el apoyo de la institución provincial a los proyectos de carácter social que se llevan a cabo en estas instalaciones donde, actualmente, se atiende a 131 personas y la plantilla está integrada por 141 trabajadores.
Precisamente, el factor humano del centro es uno de los aspectos en los que incidió Majo, calificando de «excepcional, además de sumamente vocacional», la tarea que a diario llevan a cabo los profesionales de una institución «cuya labor va mucho más allá de ir a sentarse cada mañana en un despacho», señaló, recordando que los presupuestos de la Diputación dedican un 12% del total a la asistencia de los dependientes atendidos por los cuatro centros leoneses donde la atención permanente va encaminada a promover una vida lo más normalizada y autónoma posible, desde un proyecto de desarrollo y vida personal para cada residente.
Este domingo, con las instalaciones engalanadas para la ocasión, los residentes recibieron la visita de familiares y amigos para celebrar una fiesta que cada año lleva a la ‘Ciudad Encantada’ –expresión que se acuñó en los albores de Nuestra Señora del Valle para referirse al centro– música, bailes tradicionales, pendones y una paella para 600 personas. El capellán del centro asistencial, el sacerdote José Luis Franco, ofició una eucaristía en la que hizo referencia a «todo lo que podemos aprender de estos corazones», mientras que los miembros de la Asociación Cultural Pendón de La Bañeza ondearon la enseña por el complejo.
La eucaristía fue uno de los actos centrales de la fiesta de Nuestra Señora del Valle.
