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Maniobras militares de los Montes de León en septiembre de 1934 (II)

● Ibañeza.es ►Lunes, 13 de febrero de 2017 a las 8:42 Comentarios desactivados


Aquellas unidades saldrían para Astorga y otros pueblos próximos a Foncebadón, y se esperaban para el día 22 los escuadrones Pesado (con sus mandos, 75 individuos de tropa y 20 carruajes) y Ligero (mandos, 80 soldados, 24 carruajes y 95 cabezas de ganado), el de Artillería, y la Sección Veterinaria (mandos, 15 de tropa, 3 carruajes y 17 animales). Aquel mismo día pernoctará en la ciudad para trasladarse después a Destriana (cuya Corporación acordaba en pleno municipal en esta fecha “prestarle por parte de todo el vecindario la mayor facilidad y comodidad posible para el desempeño del cometido que les está encomendado”) el Regimiento de Infantería n º 21 de Cáceres (con sus 41 jefes y oficiales y 1.138 soldados), y el día 23 el Grupo de Artillería Pesada (10 jefes y oficiales y 211 de tropa). En la tarde del 24 llegará el Taller Móvil de Artillería, y el 25 su Plana Mayor. Todo aquel movimiento de tropas y materiales, aunque La Bañeza está situada en un extremo, destinado al campo de las maniobras, cuya línea de fuego quedaba constituida entre esta ciudad y las de Astorga y Ponferrada (decía El Adelanto).

En las “maniobras militares en los montes de León” (a las que asiste una misión militar portuguesa) toma parte muy activa la aviación. El Grupo 21 del aeródromo de la Virgen del Camino ha establecido su base en Hinojo, a tres kilómetros de La Bañeza, y para este punto salían ya el sábado, día 23, los 20 vehículos del escalón precursor rodado, y el domingo tres aparatos de la Plana Mayor con el jefe de Grupo, el comandante Ricardo de la Puente Baamonde, 9 Breguets de reconocimiento y bombardeo, y una escuadrilla de caza (dos según otra nota del mismo día de El Diario de León) formada por 7 aviones Nieuport llegados de la base de Tablada (Sevilla), seguidos del escalón de retaguardia. La aviación del ejército enemigo, o bando rojo, tiene su base en Sarria (Lugo), y la componen una patrulla de 4 aparatos de bombardeo del aeródromo de Logroño, y una escuadrilla de caza de 11 aviones de la base del Prat (Barcelona). A media tarde del día 25 se estrellaba en Sarria un avión Nieupórt de los de la escuadrilla de caza del Prat, muriendo el oficial piloto teniente Eduardo Dalias Chartres, que había estado destinado en la Virgen del Camino en 1930. El comandante del aeródromo leonés, primo carnal de Francisco Franco, sería al poco procesado y suspendido del Ejército por su apoyo a la revolución de Asturias (se mantuvo leal cuando la sublevación militar de julio de 1936, al mando de las Fuerzas Aéreas en Marruecos, y fue fusilado el 4 de agosto sin clemencia alguna por parte de su directo familiar). En cuanto a la “coloración” de los contrarios, creemos que el redactor se equivocaba, pues según el planteamiento, o Tema, de las maniobras en sus Instrucciones y Memoria, el simulado ejército enemigo, e invasor desde Galicia, sería el bando azul, y el propio el bando rojo, al que pertenece el Segundo Cuerpo de Ejército, el ejecutante de las maniobras. Así lo noticia también ABC el 15-09-1934.

Aquel mismo día 25 de septiembre terminaba la concentración de tropas en Astorga, que presenta un aspecto singular, especialmente en las horas de la comida, en que se reúne el cuartel general en la población (después, en enero de 1936, en un epigrama crítico con el general Martínez Cabrera, dirán desde El Combate que “entonces hizo el caldo algún fondista”); el resto del tiempo las fuerzas salen por los pueblos próximos. Muy impactante hubo de resultar tal acumulación de personas (23.000, según La Vanguardia del día 28) y de impedimenta militar (6.750 caballos y mulos, 496 vehículos, 91 motocicletas, 598 carros y 88 camiones-aljibes y carros-cuba) en el paisanaje y el paisaje, tanto rural como urbano, de una tierra sembrada de pequeñas poblaciones y en la que sus mayores núcleos, Astorga, con poco más de 8.000 habitantes, y La Bañeza, con algo menos de 4.300, eran habitados por algo más de la tercera parte, el uno, y el otro por no mucho más del triple de los contingentes que entonces los visitan, o el incremento en un lugar como Destriana de los casi 1.200 efectivos del Regimiento que acoge, tantos como entonces eran los vecinos del lugar.

El ministro de la Guerra (Diego Hidalgo Durán) presenciaría la última parte de las maniobras, del 28 al 30, y para visitarlas también saldrá el día 28 de Madrid el presidente de la República. El primero llegaba a León el 27 por la noche, con la previsión (cumplida) de asistir a las maniobras y volver a pernoctar en el Hotel Oliden. La del viaje del segundo era llegar a León el 28 (acompañado del jefe del gobierno, Ricardo Samper), deteniéndose apenas en la ciudad, almorzando seguramente en el campo (se informaba el día antes), para regresar de Astorga al anochecer, haciendo la cena y el almuerzo en el Oliden en la intimidad con los altos jefes y las personas del séquito presidencial. Los planes del alto mandatario cambiaron a última hora, y don Niceto Alcalá-Zamora iría solo y directamente a Astorga (haciendo una breve parada en La Bañeza y recibiendo Imperiales como obsequio), donde los jefes y oficiales le ofrecerán una recepción y banquete en el Casino, sin pasar por León hasta el 28 por la noche, hospedándose en el Hotel Oliden y saliendo para Salamanca el sábado 29 por la mañana para asistir allí al homenaje tributado a don Miguel de Unamuno.

El viernes día 28, sobre las 13 horas, pasaba en automóvil acompañado por otras personas de su comitiva el presidente de la República. Una nutrida representación de la Corporación bañezana y autoridades se destacó (en dos coches de punto –tres, según otra fuente-) al límite de la provincia en la carretera Madrid-Coruña, cerca de Pobladura del Valle, donde con otras comisiones oficiales provinciales cumplimentó al Primer Magistrado de la Nación. El alcalde accidental de La Bañeza, Ángel González González (el titular, Juan Espeso González, disfrutaba desde mediados del mes de un permiso), obtuvo don Niceto el favor de que se detendría en la ciudad, lo que cumplió, peandose en la Plaza Mayor, donde numeroso público lo recibió con efusión y respeto (y con la Banda de Música y aplausos), parando unos breves momentos y continuando después viaje a Astorga acompañado de las delegaciones oficiales referidas para asistir al colofón de las Maniobras Militares de los Montes de León que se venían desarrollando desde días antes. “Algún joven bañezano distinguido lo saludó a su paso con el brazo en alto y el puño cerrado”, diría El Adelanto. Corta fue la parada del presidente en La Bañeza, pero aún así hubo ocasión y tiempo de que dos jóvenes, Conrado Blanco González (hijo de Conrado Blanco León) y Julio Fernández Casado (vástago de Herminio Fernández de la Poza), le agasajaran, a él y a sus acompañantes, con unas cajas de los afamados productos de confitería bañezanos.

En el Consistorio de la ciudad episcopal se ofreció el mismo viernes al presidente de la República un vino de honor después de ser aclamado en la Plaza Mayor al medio día (aludiría el alcalde, Miguel Carro Verdejo, en su discurso “a la solidaridad que une al Ejército con el pueblo y a la conciencia nacional que repudia la guerra porque es la negación del espíritu humano”), al tiempo que los jefes (el general Franco entre ellos, invitado a las maniobras por el titular de la cartera militar como su asesor personal) y oficiales obsequiaban con un ágape en el Hotel Moderno a los informadores de Madrid, León y Astorga y a los delegados y observadores militares venidos de Portugal, México, Alemania, Francia, Italia y Estados Unidos, y se brindaba el sábado un banquete al ministro de la Guerra. Se le honró también con una función de gala en el Teatro y se organizaron variados e interesantes festejos populares. Estaba previsto que el mismo sábado el ministro revistara a la Octava División en Foncebadon, y el domingo a la Séptima en la explanada de El Ganso, cerca de San Esteban de Somoza, lo que hubo de ser suspendido por la lluvia, sin que tampoco pudiera ser recogido por los cameramans de la casa Fox, que se hallan en Astorga con el objeto de impresionar una película sobre las maniobras.

Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas -Valduerna, Valdería, Vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras de la provincia, de 1808 a 1936), recientemente publicado en Ediciones del Lobo Sapiens) por José Cabañas González. (Más información en www.jiminiegos36.com)

Antiguo plano de maniobras en los Montes de León.

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