El rastrillo solidario de Manos Unidas, una cita ya tradicional en La Bañeza en fechas próximas a la Navidad con el fin de recaudar fondos destinados a los proyectos de cooperación encomendados a la Diócesis de Astorga, muestra desde este sábado, 1 de diciembre, cientos de productos y artículos donados por empresas y particulares bañezanos y un sinfín de piezas realizadas de forma artesanal en algún país de los cinco continentes del mundo.
Piezas de cerámica, madera, cuero o pinturas que cuentan con el distintivo de ‘Comercio Justo’ y que llegan de lugares como Togo, Perú, Filipinas, Colombia o Méjico, entre otros, además de productos alimentarios como café, azúcar o chocolate conviven en este mercadillo con complementos personales realizados también de forma artesanal como pueden ser pendientes, broches o pulseras.
El párroco de Santa María, Jerónimo Martínez, fue el encargado de abrir junto a las voluntarias de la ONG este rastrillo solidario que Manos Unidas de La Bañeza organiza cada año con motivo de la llegada de la Navidad y que en esta ocasión, como novedad, se encuentra instalado en un local de la calle Astorga número 6, en el mismo inmueble que hasta hace unos meses ocupó la sucursal del Banco Popular.
En la homilía previa a la bendición de las instalaciones, Martínez tuvo unas palabras de recuerdo para quienes han elaborado los objetos que allí se venden y para quienes se beneficiarán de la generosidad de los bañezanos y leyó el capítulo 25 del Evangelio de San Mateo, haciendo especial hincapié en el versículo que dice “porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis…”
Hasta el día 16
La responsable de esta organización de la Iglesia Católica en La Bañeza, Lolita Perandones, por su parte, recordó que el rastrillo estará abierto de 11:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00 los días laborables y de 12:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00 horas los domingos y festivos, hasta el próximo día 16 de diciembre.
Los proyectos diocesanos
El importe recaudado con la venta de los productos va destinado a los proyectos de desarrollo en el tercer mundo que han sido encomendados a la Diócesis de Astorga, concretamente un proyecto de salud infantil en la comarca de Ocurrí (Bolivia), con un coste de 71.013 euros, un programa sanitario materno-infantil en Kuruda (India) con un coste de 33.015 euros y la construcción de un centro de salud en Haití con un coste de 90.954 euros.