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Más de trece años para retocar un teatro

● Polo Fuertes ►Miércoles, 19 de enero de 2011 a las 0:01 Comentarios desactivados


Bueno, parece ser que hay que esperar un poco más para que el teatro municipal empiece a funcionar de forma regular. Vale. Tampoco es para cabrearse, después de que las obras de remodelación hayan tardado, por hache o por be, más de trece años, oiga. Así que nos pondremos las gafas de la espera y…, buena va, barbero.

Todo empezó allá por septiembre de 1996, cuando la corporación municipal que presidía Santiago Sevilla (UPL) aprobaba la compra del teatro por un importe de 50 millones de pesetas (300.000 euros de ahora), con el apoyo del PSOE de Olga Cavero y la abstención del PP de Antonio Fernández, que ni asistió a la sesión plenaria. A ello hay que añadir otros 10 kilos más de pesetas (60.000 euros de ahora), para comprar los solares que rodeaban el edificio, con el fin de ampliarlo y poder subsanar ilegalidades de salidas de emergencia y otras minucias.

A partir de aquí, se empezó a buscar dinero para la restauración. Un dinero que llegó desde la Diputación (25 millones de pesetas) y desde Caja España (45 millones de leandras) y que sirvió para comenzar la primera fase que concluiría a mediados del año 1999, ya con Fernández Calvo otra vez en la alcaldía, aunque fuera del proyecto en el que nunca creyó. Los últimos actos relevantes que se celebraron en el teatro fueron en el mes de febrero, el pregón de José Manuel Mures para el carnaval de 1997 y, en el mes de agosto del mismo año, el pregón de las fiestas patronales, pronunciado por el hermano Teo que se despedía de su dirección en el centro de Nuestra Señora del Valle, y coronación de reinas. Después…

Después vino la nada. Se terminó la primera fase a finales del 98 o principios del 99, pero ya sin perspectivas de continuación, aunque la segunda estaba ya redactada y buscada parte de la financiación. Las elecciones municipales de este último año tuvieron los resultados que tuvieron (8 concejales el PP de Fernández Calvo, 5 la UPL de Sevilla y cuatro el PSOE ya de Palazuelo). Unos resultados que dejaban a los primeros gobernando en minoría, pero sin querer saber nada del teatro. Para un año después, con la primera de las mociones de censura de aquel fatídico mandato, dar la alcaldía a Palazuelo con la anuencia de UPL (nada o casi para la obra en cuestión). Año y pico después (enero del 2002) nuevo cambio de gobierno municipal con el resultado estrambótico de un alcalde sólo contra el resto de concejales. Y nueve meses después, otra moción de censura, sin que el nuevo alcalde del PP, con la anuencia de UPL se dignara mirar alguna vez para la restauración de referencia.

Triste historia de desidia en forma de intereses particulares que ellos (los políticos locales) dijeron siempre que eran los intereses de La Bañeza (ja de ja). Triste periodo municipal que ha de ser incluido en una asignatura de Ciencias Políticas, como el mejor ejemplo de la estupidez humana, disfrazada de política.

Las elecciones del 2003 dan la alcaldía José Miguel Palazuelo con 8 concejales, aprovechando el transfuguismo de un independiente para tener mayoría absoluta todo el mandato. A la vez que llega a la Moncloa José Luís Rodríguez Zapatero un año más tarde, lo que hace que empiece a desbloquearse la obra de renovación del teatro municipal, con una subvención supermillonaria del Ministerio de la Vivienda que ha hecho posible llegar a donde estamos en la actualidad. Contando también con una pequeña (en comparación con la anterior) ayuda de la Junta de Castilla y León que, por primera vez (o segunda, quién sabe) afloja los cuartos para el teatro.

Esto es la historia pura y dura de la restauración de un viejo edificio que, en breve, si las agendas políticas no lo impiden, volverá a abrir sus puertas al teatro, a la cultura, al espectáculo. ¿Esperando un mes más? Bueno, ¿qué es un mes o dos frente a más de 13 años de espera…?

Y como hoy va de historia, aquí dejo prendidos unos datos que, a lo peor, han quedado enterrados en alguna información periodística de esta especie de telenovela por entregas: El hoy teatro municipal se construyó en 1928, según el proyecto del arquitecto Javier Sanz, que había construido años antes el hotel Oliden de León y en 1944 el teatro Bergidum de Ponferrada (también restaurado por el arquitecto Andrés Lozano, como este de La Bañeza). El patio de butacas tenía una capacidad de 334 butacas, 145 el primer anfiteatro y 201 el segundo, o general. Lo que hace una capacidad de 728 espectadores. Fue construido en un solar de medianeras de una anchura de 14 metros, principal condicionante para no tener salidas de emergencia y, además, entrar casi directamente a la sala sin apenas un hall de evacuación. Algo que, con otras muchas cosas, ha quedado ahora solucionado.

El teatro municipal ha sido testigo de numerosos actos teatrales y de revistas, las más prestigiosas de España (también de aficionados locales), así como de la llegada del cinematógrafo a La Bañeza. Memorables fueron los conciertos de bandas y conjuntos sinfónicos (dio fe del estreno del himno de La Bañeza de los hermanos Antonio y Odón Alonso en los años 50 del pasado siglo), juntamente con corales, como la del Milenario de San Salvador, que aún perdura en todo su esplendor. Multitudinarios pregones de fiestas y carnaval, a la vez que numerosos actos políticos en la nueva era democrática.

En fin, ¿hay quien de más?

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